VALVERDE, Álvaro

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VALVERDE, Álvaro

Biografía

Álvaro Valverde nació en Plasencia el 8 de agosto de 1959. Es maestro de escuela. Fue presidente de la asociación de Escritores Extremeños y coordinador, junto a Gonzalo Hidalgo Bayal, del Aula de Literatura «José Antonio Gabriel y Galán». También puso en marcha el Plan de Fomento de la Lectura de Extremadura y dirigió la Editorial Regional de Extremadura. Fundó, con Ángel Campos Pámpano y Diego Doncel, la revista hispano-portuguesa Espacio / Espaço escrito.

Es colaborador del diario ABC de Madrid. Sus poemas están traducidos a varios idiomas (francés, alemán, portugués, italiano, neerlandés e inglés) y está incluido, entre otras, en las antologías Blick Zum Nachbarn: Spanien (1993), Antologia della Poesia Spagnola (1996), Anthology of Spanish Poetry (1997), La generación de los ochenta de José Luis García Martín, La nueva poesía española de Miguel García-Posada, Antología de poesía española (1975-1995) de José Enrique Martínez, La poesía plural y Los senderos del bosque de Luis Antonio de Villena, Poesía española reciente (1980-2000) de Juan Cano Ballesta y 20 años de poesía. Nuevos Textos Sagrados (1989 – 2009) , de Ed. Andrés Soria Olmedo.

Obra

POESÍA

Territorio (1985).
Las aguas detenidas (1988).
Una oculta razón (1991).
A debida distancia (1993).
Ensayando círculos (1995).
El reino oscuro (1999).
Mecánica terrestre (2002).
Desde fuera (2008).
Un centro fugitivo. Antología poética (1985-2010) (2012).
Plasencias (2013).
Más allá, Tánger (2014).
Álvaro Valverde. Antología poética (1985-2015) (2017).
El cuarto del siroco (2018).

Cuadernos:
Lugar del elogio.
Los marinos inmóviles.
Sur.
Límites (1985).
Sombra de la memoria (1986).
Aeróvoro (1989).
Estaciones (1990).
A la imagen de un lugar (1995).
Lugares del otoño (2006).
Imaginario (2007).

NARRATIVA

Las murallas del mundo (2001).
Alguien que no existe (2005).

OTROS

El lector invisible (2001). Colección de artículos periodísticos.
Tras las huellas de Carlos V: miradas cruzadas (2001). Historia de España.
Lejos de aquí (2004). Libro de viajes.
Porque olvido. Diario 2005-2019 (2019).

OBRAS EN COLABORACIÓN

Abierto al aire. Antología consultada de poetas extremeños. 1971 – 1984 (1984).
Gabriel y Galán: época y obra (2006). Biografía. En colaboración con Antonio Salvador Plana.

Premios

1984: Premio Ciudad de Badajoz.
1991: Premio Loewe por Una oculta razón.
1993: Premio Ciudad de Córdoba por A debida distancia.
Finalista del Premio Café Gijón.
Finalista del Premio Tigre Juan.
2001: Premio Extremadura a la Creación por Las murallas del mundo.
2018: II Premio Nacional de Poesía «Meléndez Valdés» por El cuarto del siroco.

Poética

Creo, con César Simón, que «la poesía es, antes que nada, un carácter»; que «existe como una forma de vida». Tres viajeros van por una carretera. Uno de ellos repara en una casa derruida que tiene ante su puerta unos cuantos frutales florecidos. Uno de los tres comprende de inmediato que esa imagen es símbolo del paso irreparable del tiempo y de la historia. Sólo uno, en fin, quizá más tarde, hablará en un poema de su visión acerca de esas ruinas. Como otros con el ajedrez, el fútbol o la papiroflexia, encuentro en la poesía un método de conocimiento de mí mismo y del mundo, una manera de decir y de decirme, de entender y de entenderme, de mirar, en suma. Con todo, convendría recordar aquí una reflexión complementaria de Francisco Brines: «El poeta sólo existe cuando escribe, y en los restantes momento es sólo el hombre que es». Nada más triste, añado, que ir «de poeta» por la vida.

***

Descreo de las escuelas, los grupos y las tendencias. Me basta y me sobra el amparo dudoso de una tradición que supongo incesante. Suscribo las palabras de José Angel Valente: «Escribir es una aventura personal. No merece juicio. Ni lo pide. Puede engendrar, engendra a veces en otro una volición, una afección, un adentramiento. Otra aventura personal. Eso es todo». Según Robert Graves, el poeta «permanece siempre en una minoría de uno.» Más allá, siento la poesía como una pasión propia. Un vuelco hacia mí, que lo es, indefectiblemente, hacia el otro, el «hipócrita lector, mi semejante, mi hermano».

***

A la defensiva de críticos de salón, con frustrada vocación de entomólogos, he elegido el término de «poesía de la meditación» para referirme a la tradición que me es más propia; una manera de decir que siempre ha atendido al pensamiento y que tendría en Manrique y Quevedo, en Wordsworth y Leopardi, en Unamuno (que la nombró) o Cernuda, algunos de sus más notables y certeros representantes.

***

Me sigue asombrando ese misterio que pone ante mis ojos las líneas de un poema. Poema que ha brotado después de tensa espera. Bien es cierto que algo, no sabemos el qué, lo presagiaba. Más tarde, procediendo dudoso y «por tanteo», se me ha ido desvelando.

(Publicado en el número 1 de la revista Baciyelmo, Cáceres, 1998).

 

 

Texto

JARDÍN PRIVADO

Nadie ha de entrar aquí.
Para sólo la sombra
levanté las paredes
que dan cobijo al tiempo.
No fue impune el trazado
de las sendas que orientan
su interior movedizo.
Escalas y arrayanes dan forma
a un pensamiento mercenario.
No elegí casa árbol al albur. Fue preciso
conocer cada especie
como a mí me conozco.
El agua sabe el canto
que el silencio arrebata y en su monotonía
otra luz se desvela.
Para nadie he querido este lugar umbrío,
pues que sólo a mis pasos
reconducen sus losas.
Más allá de sus muros,
bajo un único sol,
arde la vida.

(De Una oculta razón).

NOCIÓN DE LUGAR

Es difícil dejar la vista quieta
sobre porción o espacio: sobran ruinas.
Delante de los ojos aparecen
vastas demoliciones y recintos
capaces de albergar toda la herrumbre.
Sucesivos despojos alojados
como prolongación de la ceniza.
Ladrillos, escayolas, cajas, muebles
destinados a nada, sola esencia del polvo.
Esos restos son todo lo que cabe esperar.
Son el neutro paisaje que revela lo opaco.
Su luz suma destellos
de sol sobre los vidrios
(a veces fragmentados en el suelo,
sobre los muros coronados otras).
Su olor, muy denso y fétido.
Parecen soportar sobre sí mismos
una abstracta conciencia de la muerte.
Sobre ellos se suceden
vestigios de batallas,
remotas circunstancias de los humano,
aires, también, de término.
Edificios vacíos habitados por nadie
y para nada al cabo construidos:
Casas ya desprovistas, desde su mismo origen,
de memoria.
Puro tiempo semejan:
sin antes ni después a donde asirse.
No siempre su lugar son las afueras.
A veces son el centro al que se ciñe
el errático rumbo del viajero,
del paseante que recorre solo
una ajada ciudad
del fin de Europa.

(De Ensayando círculos).

MECÁNICA TERRESTRE

Lo mismo que una imagen
recuerda a alguna análoga
y una sombra a la fresca
humedad de otra estancia
y un olor a una escena
cercana por remota
y esta ciudad a aquélla
habitable y distante,
así, cuando la tarde
se hace eterna y es julio
todo expresa una múltiple,
inasible presencia,
y el agua es más que el filtro
de lo que fluye y pasa
y la luz más que el velo
que ilumina las cosas
y el viento más que el nombre
de una oscura noticia.

(De Mecánica terrestre).

 

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