RIVERA, Carlos

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RIVERA, Carlos

Biografía

Carlos Rivera nació a finales del año 1941 en La Coronada (Córdoba). Es Licenciado en Filosofía y Letras. Participó en la fundación primera del grupo ZUBIA en 1972. Es colaborador en las páginas de opinión de Diario Córdoba desde 1993.

Su obra poética ha sido antologada en Poesía andaluza contemporánez (Revista Bahía, Algeciras), Córdoba en la poesía (Córdoba, selección de Mario López),Quince años de (joven) poesía en Córdoba (Córdoba, selección de Pedro Roso), La memoria y la sangre (Ediciones Libertarias, Madrid), Poesía en la bodega (Arca del Ateneo de Córdoba) y en las revistas literarias Poesía hispánica (Madrid), Zubia (Córdoba), Caracola (Málaga), Árbol de fuego (Caracas, Venezuela), Azor (Barcelona), Peña Labra (Santander) y Cuadernos de Uria(Universidad de Oviedo).

Falleció el 6 de agosto de 2014.

Obra

POESÍA

La luz y el camino (1971).
Veinte poemas desde los ojos de la libertad (1978).
Los destierros (1980).
Diario a bordo de una isla (1981).
Verdes tinieblas (1987).
Libro de Mellaria (1990).
Discurso de espuma (1991).
El verbo en la llaga (1992).
Fuego de leña verde (1993).
Bella época (1993).
Mirando al mar que vuela (2004).
Babilonia. Libro inédito.

ARTÍCULOS

Paisajes de papel (1999).Artículos de opinión.

Premios

1980: Premio Aldebarán, de Sevilla, por Los destierros
1981: Premio Angaro, de Sevilla, por Diario a bordo de una isla.
1991: Premio Antonio González de Lama, de León, por Discurso de espuma.

 

Poética

Sin pasaportes ni mapas de la ruta
es peligroso adentrarse en el reino
de la palabra
sus caminos son ciegos conducen a los bosques
donde la noche cae en abundancia
donde hay árboles que gotean estrellas
que están envenenadas
donde la luz es una flor cubierta de gotas de rocío
con música de lágrimas
y sílabas carnívoras que matan por sorpresa
la gélida gramática
donde un claro de luna
es sólo el agujero de una trampa.
(Inédito)

 

Texto

MAR DE OLVIDO

Inatrapable esencia, mar de olvido,
alto confín de soledad, ausente
en ti y sin ti que, silenciosamente,
te vas y no te vas, como un latido.
Obseso de la luz y repetido
en el cielo que ahonda su simiente
en tu diario amor, que es el ser fuente
tu vocación, oh mar, por no ser nido.
Te vas y no te vas, nunca saciado
de amar y desamar, siempre poseso
del cielo y de la tierra, tu embeleso
y tu inocente original pecado,
que esa es tu culpa, mar, culpa de beso
eternamente huído y encontrado.

(De La luz y el camino, 1971).

 

 

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Enlaces

Web personal: http://www.elpelao.com/letras/