PRADO, Diego

Inicio/PRADO, Diego

PRADO, Diego

Biografía

Nació en Mahón (isla de Menorca), el 12 de mayo de 1970, de padre extremeño y madre menorquina. Estudió el EGB en el colegio La Salle de Mahón y posteriormente emprendió, sin vocación ninguna, estudios de Delineación, que acabó abandonando. Unos años más tarde accedió a la UNED, donde siguió estudios de Geografía e Historia.

Durante años ha ejercido los más variados oficios, alternándolos con su actividad literaria, su única y verdadera vocación. Entre otras cosas ha sido actor teatral y solista del Orfeón Mahonés, así como locutor de radio. Comenzó a publicar artículos en el diario insular a los 16 años.

Desde entonces ha colaborado como columnista de opinión y crítico literario en periódicos y revistas de todo tipo (El Mundo, El día de Baleares, Lateral, La bolsa de pipas, Última Hora, Ariadna, etc.). Desde 2002 vive en Hospitalet de Llobregat, en un barrio rodeado de parques y junto a las vías del tren.

Obra

NARRATIVA

En algún lugar te espero, (2000).
Las espigas de la imprudencia, (2003). Relatos.
Domingos buscando el mar (2007). Relatos.
Hospital Cínico (2013).
Sopa de fauno (2017).

Libros colectivos y antologías

26 relatos cortos, (1996).
El Fungible, especial relatos, (1998).
Galería de Hiperbreves, (2000).
Microrrelatos. Antología y Taller, (2004).
A contrarreloj, (2007). Microrrelatos.

POESÍA

La casa del poeta (2007) Antología en la que participa.

OTROS

Libros dedicados. Crónicas apresuradas sobre escritores y literatura (2019).

Premios

1994: Premio Mateo Seguí Puntas de artículos.
1996: Finalista del premio de cuento hiperbreve del Círculo Cultural Faroni.
1998: Finalista del premio El Fungible de relatos (Alcobendas).
1998: Premio Casa de Andalucía de Narrativa.
1998: 2º premio de cuento Revista Mujer 21 (Barcelona)
1999: Finalista del premio de crítica literaria Ópera Prima (Madrid)
2000: Accésit del premio Gabriel Sijé de novela por En algún lugar te espero.
2007: Premio Café Món de Narrativa por Domingos buscando el mar.

Ha obtenido premios y menciones en algunos certámenes de cuento como: Revista Mujer 21, El Fungible, Francisco Candel, Internacional Max Aub, Círculo Cultural Faroni, etc.

Poética

Yo no soy yo
y vivir ya sólo es
creerme
dueño de una verdad
que únicamente
es la verdad de los otros.
No soy yo
quien esto escribe
sino quien me creo.
Y creo que apenas soy
quien pienso que soy.
A solas voy
aceptando el credo
sin pararme a mirar
a ése que me observa
en el fondo del reflejo.
Siento
ser reiterativo
pero yo no soy yo.
No soy más
que un intento
de parecerme
a quien podría ser
aunque pretenda no serlo.
(«Declaración de principios», del libro inédito Los inviernos demorados)

 

Texto

Cuando despertó no alcanzó a dar con la mesilla de noche, donde estaban el vaso de agua y el reloj. Esto le extrañó, especialmente por no poder darle a la luz, así que se incorporó. Pero, en lugar de notar bajo la planta de los pies el cosquilleo mullido de la alfombra, lo que percibió fue un contacto desagradable de pátina gelatinosa. Miró en derredor y comprobó con estupefacción que la habitación se hallaba desnuda, vacía por completo en una oscuridad parpadeante. Le pareció que la alcoba se había vuelto circular y abovedada. Olía mal, a salitre y descompuestos. En el lugar del ropero salían unas membranas fibrosas que enrojecían como en un acceso de irritación, y por las paredes ligeramente abombadas se deslizaba, goteando, una especie de mucosidad. Sintió una arcada y cerró los ojos, pensando quizá que todo aquello aún debían ser retazos del sueño anterior. Se esforzó internamente por despertar, apretando los ojos todavía más con la esperanza de que, al abrirlos, la normalidad hubiera restituido en su lugar correspondiente todas las cosas del cuarto. Sin embargo, volvió a toparse con aquella caverna húmeda, pegajosa, de cierta carnosidad, por cuya superficie se abrían canales subterráneos que arrastraban un líquido espeso y extraño en mitad de aquella penumbra que envolvía ya los ecos de sus gritos de pánico.
Fue sólo entonces cuando alcanzó a comprender que la ballena le había engullido.
(«La ballena», de Las espigas de la imprudencia, Barcelona, 2003)

 

Subir