Biografía
Higorca Gómez Carrasco nació en Barcelona, en 1946. Cursa estudios universitarios en la Facultad de Medicina y Bellas Artes en la Escola Massana, de Barcelona. Desde muy pequeña ha sentido pasión por las artes y las letras. Siempre ha estado vinculada a los pinceles, al papel y los colores, a la pluma, a las letras. De los pinceles, al estar rodeada de grandes genios desde muy temprana edad (afortunadamente). De las letras, lectora incansable de todo tipo de libros, admiradora profunda de Machado, Lorca, Cernuda, Benedetti…
Obra
POESÍA
Matizes (1994).
Volar, Soñar, Añorar, Recordar (2000).
Mis Sentimientos (2011).
Sociedad (2014).
Etérea desnudez: Antología poética (2016).
Instrumentos de paz: Antología poética (2021).
Poemas ambientales: Naturaleza y vida (2021).
NARRATIVA
Una vida agitada (2011).
José Higueras – El Pintor de la Luz (2015).
La vieja noria y otros relatos (2020).
Premios
1994: Medalla de Plata Internacional de Poesía en L/C. A.E.A. Bélgica.
1994: Medalla de Oro Internacional literatura Grandes Premios Internacionales de Charleroi, Bélgica.
1996: Medalla de Plata Internacional de Poesía en L/C A.I.A.C. Bélgica.
2000: Medalla de Plata Nacional en L/C A E A Payerne. Suiza.
2001: Medalla de Plata Internacional A.E.A. de Poesía en L/C en París.
Poética
¿Cómo hablar de poesía, de prosa? Difícil tarea para mí. Difícil y a la vez algo hermoso y didáctico. Siempre con el temor de no saber componer bien, más de una vez me pregunto ¿desde cuándo gasto tinta aprendiendo? Sigo en ello con firmeza y sin la más leve presunción. Seguir aprendiendo de aquellos que me precedieron. Grandes maestros que hoy recuerdo.
Escribir de poesía, significa plasmar en un trozo de papel los sentimientos íntimos que guardamos en lo más recóndito de nuestro ser. No nos damos cuenta de lo que la mano va trazando en cada una de letras. El pensamiento, la mente transmite lo que nuestro corazón le dicta. Todo no es eso, hay mil temas por encima que nos ayudan a llevar a cabo una buena escritura para todos aquellos que nos puedan leer, y al leer sientan lo mismo que el escritor ha querido transmitir, nada fácil la tarea. Tampoco es fácil decir en poco contexto todo lo que quisiera expresar.
Para mí escribir un poema es la libertad de expresión en el más puro estado a veces de éxtasis. La prosa es poder alargar sin impedimentos posibles una verdad transformada en historia que la más delas veces parece algo imaginario. Llegar a soñar, a ver lo que en ese momento se escribe, dar a entender con claridad para el lector, escribir con los datos correctos, con valentía y un poco de sabiduría que los años, el trabajo va forjando como el herrero forja en la fragua el hierro.
Texto
ABRAZOS
Miró el viejo árbol, el desnudo esqueleto,
caduco, despacio va desprendiendo
las capas que un día formaron el esbelto,
brillante y hermoso tronco.
Ahora las ramas caen lánguidas,
no le quedan fuerzas, no le quedan hojas
todos lo miran como algo decrépito,
es la vejez, el tiempo que todo lo come.
Ya no da ni sombra, cuando el sol sale
lo acaricia tímidamente y solamente
una larga y espantosa línea asusta
a todo aquel que pasa y mira con timidez.
Me acerco y acaricio su áspera corteza
cruje tímidamente, se cae como si fuese caspa,
debajo todavía la oscuridad se puede ver
sigue esbelto, se resigna a caer.
Tengo miedo que mañana ya no…
ya no le vuelva a ver…
ahora ese color grisáceo, sus ramas,
esas ramas muertas, inertes, que…
que parecen caer, se resisten o quizás
tengan miedo a sentir la soledad del suelo
el silencio y el frío de la noche.
Las ramas desprendidas del tronco madre,
ese tronco que fue su unión,
de ella recibieron la savia, la sangre de la vida
el respirar cada día, y…
ahora lánguidas, muertas, doloridas,
caen despacio al darse cuenta
que esa madre que tuvieron un día,
ya no respira, le falta la vida y…
ellas también van a la deriva.
Higorca
ALAMOS NEGROS
Álamos negros que yacen… casi en esqueleto,
paso a vuestro lado y mirar no quiero.
Me duele ver que nadie cuida vuestra ancianidad…
Árbol esbelto, majestuoso… en otro tiempo.
Dicen que no quedan, que han muerto ya…
Solamente unos pocos…
Y, nadie hace nada por conservar.
ese árbol hermoso que se nos va…
Ramas que miran al cielo pidiendo un poco de caridad
¿Agua quizá? No, ¡ahora no…!
Quizás ¡Un poco de mana!
Del mana del mimo, del cuidado… ya por la edad.
Olvidamos todo… o acaso ¿quieren olvidar?
Raíces de una tierra que debemos cuidar
Álamos negros, muriéndose están…
Higorca
ALAS DE LIBERTAD
Quisiera tener alas y volar,
llegar hasta los campos de refugiados
llevando en mis manos un cesto
lleno de pan, de alimentos…
Bajar y abrazar con fuerza
al mismo tiempo que lleno de besos
las caras sucias de esos pequeños.
Que nunca se termine mis alimentos.
Que pueda transformar sus prendas rotas
en otras nuevas,
para que no sientan el frío cruel del invierno.
Abrir las puertas de esos guetos
dejar que corran por un campo
de hierba verde y flores repletas de aromas.
Y… darles muchos juguetes
ver la felicidad de niño en sus pupilas
entonces…
¡Qué feliz yo moriría!
Higorca
AMANDO HASTA EL FINAL
Cierro los ojos y veo:
Un atardecer rojizo
Un roble esperando
Un banco para sentarse
Un sombrero de paja
Un abrigo que espera
Un bastón que aguarda
Una luz en la distancia
Una estrella que brilla
Una larga espera
Una melena muy blanca
Unas piernas que no llevan
Unas lágrimas que corren
Unas manos que acarician
Una larga, muy larga barba
Unos labios que musitan
Unas palabras que abrazan
Unas personas que aman
Unos dedos que se entrelazan
Se sientan en el banco, hablan.
De pronto todo se queda en blanco.
Dos cuerpos que se desploman
caen al suelo,
Su melena, su barba, sus manos
no se sueltan…
Higorca
AROMAS DE ENAMORADA
El aire huele azahar, a jazmín.
El sol viene y se va, juega con las nubes.
Las hojas se mueven en alocada danza.
El cielo parece llamarlas, las engaña.
Trozos azules, otros tristes, grises,
negrura que amenaza lluvia.
Luego llega la calma, tranquila, dulce
de nuevo el aire trae aromas,
aromas de un amante que no llega.
Son las ramas en alocada danza,
las que mueven esos dulces y frescos olores,
las que engañan una y mil veces,
al sol que viene, que se va
en espera de esa ansiada lluvia que no llega.
La dama sigue paseando
por entre matorrales de un jardín endiablado.
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