GARCÍA MONTERO, Luis

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GARCÍA MONTERO, Luis

Biografía

Luis García Montero nació en Granada el 4 de diciembre de 1958. En 1986 se doctoró en Filosofía y Letras en la Universidad de Granada con la tesis La norma y los estilos en la poesía de Rafael Alberti. En la actualidad es catedrático de Literatura Española en la Universidad de dicha ciudad. Al principio de los años 80 participó en el movimiento conocido como «La otra sentimentalidad», grupo poético y político. Por su concepción de la lírica como reflexión moral se le ha incluido en la llamada «poesía de la experiencia». Cultiva, además de la poesía, el ensayo y ha hecho una adaptación teatral de La Celestina. Ha recibido prestigiosos premios literarios. En 1999 estuvo nominado al Premio Cervantes, el máximo galardón de las letras españolas. Desde 2018 es director del Instituto Cervantes.

 

 

Obra

POESÍA

Y ahora ya eres dueño del puente de Brooklyn (1980).
Tristia, en colaboración con Álvaro Salvador (1982).
El jardín extranjero, Rimado de ciudad (1983).
Égloga de los dos rascacielos (1984).
En pie de paz (1985).
Diario cómplice (1987).
Anuncios por palabras (1988).
Irene (1990). Plaquette.
Las flores del frío (1991).
Habitaciones separadas (1994).
Además (1994). Recoge los libros Y ahora ya eres dueño del puente de Brooklyn, En pie de paz y Rimado de ciudad (1994).
Casi cien poemas (1997). Antología.
Completamente viernes (1998).
Poesía urbana (2003). Antología.
La intimidad de la serpiente (2003).
Poemas (2004).
Poesía (1980-2005) (2006).
Poesía urbana : (antología, 1980-2006) (2007).
Vista cansada (2008).
Canciones (2009).
Un invierno propio (2011).
Ropa de calle (2011).
Balada en la muerte de la poesía (2016).
A puerta cerrada (2017).
Poesía completa (1980-2017) (2018).
Un año y tres meses (2022).

NARRATIVA

Luna del sur (1992).
Mañana no será lo que Dios quiera (2009).
No me cuentes tu vida (2012).
Una forma de resistencia (2012).
Alguien dice tu nombre (2013).
Prometeo (2022).

TEATRO

La Celestina. Versión con motivo del quinto centenario de la publicación de la obra (1999).

ENSAYO

El teatro medieval. Polémica de una inexistencia (1980).
El manifiesto Albertista (1982). En colaboración con Javier Egea.
Poesía, cuartel de invierno (1988; 2002).
Prólogo al volumen de Felipe Benítez Reyes, Poesía (1979-1987) (1992).
Confesiones poéticas (1993).
El realismo singular (1993).
¿Por qué no es útil la literatura? (1993). Con Antonio Muñoz Molina.
Quedarse sin ciudad (1994).
Aguas territoriales (1996).
La palabra de Ícaro. Estudios literarios sobre García Lorca y Alberti (1996).
Impares, fila 13 (1996). Con Felipe Benítez Reyes.
La puerta de la calle (1997).
Lecciones de poesía para niños inquietos (1999).
El sexto día. Historia íntima de la poesía española (2000).
La casa del jacobino (2003). Recopilación de artículos periodísticos.
La poesía, señor hidalgo (2005).
Los dueños del vacío : la conciencia poética, entre la identidad y los vínculos (2006).
Francisco Ayala y el cine (2006).
Inquietudes bárbaras (2008).
Un lector llamado Federico García Lorca (2016).
Las palabras rotas (2019).
Un orden conflictivo. (La poesía de Jaime Gil de Biedma) (2019).

INFANTIL

La mudanza de Adán (2006).

ANTOLOGÍAS

Lágrima extraña. Antología poética (2018).

OTROS

– Ediciones:

Obras completas de Rafael Alberti. Poesía 3 vols. (1988).
Cuaderno de Metropolitano de Carlos Barral (1989; 1997).
Poema del cante jondo de Federico García Lorca (1990).
Santa Casilda de Rafael Alberti (1990).
Antología poética de Rafael Alberti (1992).
Gustavo Adolfo Bécquer, Gigante y extraño (edición de las
Rimas) (2001).
Rafael Alberti y María Teresa León cumplen cien años (2004). [et. al.]
Francisco Ayala, Francisco Ayala. De mis pasos en la tierra (2006).

– Versiones teatrales:

William Shakespeare, Otelo (2001).
Lope de Vega, La Dorotea (2001).
Tracy Letts, Agosto (2011).
Esquilo, La Orestíada (2017).

OBRAS TRADUCIDAS DEL AUTOR

Traducción de Habitaciones separadas al italiano por parte de Alessandro Ghignoli, Florencia (2000).

Premios

1979: Premio de Poesía Federico García Lorca, de la Universidad de Granada, por su primer libro Y ahora ya eres dueño del puente de Brooklyn.
1981: Finalista del Premio Internacional de Poesía Ciudad de Melilla por Tristia, en colaboración con Álvaro Salvador.
1982: Premio Adonais de Poesía por El jardín extranjero.
1994: Premio Fundación Loewe por Habitaciones separadas.
1995: Premio Nacional de Poesía por Habitaciones separadas.
1999: Nominación al Premio Cervantes.
2001: Se le concede la Medalla de Oro de Andalucía.
2003: Medalla de oro de la ciudad de Granada.
2003: Premio Nacional de la Crítica por La intimidad de la serpiente.
2008: Premio de la Crítica de Andalucía.
2010: Premio Poetas del Mundo Latino.
2017: Hijo Predilecto de Andalucía.
2017: Premio Ramón López Velarde.
2018: Premio Paralelo 0.
2020: Premio Betocchi 2020.

 

Poética

«Detrás de cada poesía hay un embuste». Más recientemente lo poetizó Gil de Biedma en un texto imprescindible, El juego de hacer versos. No nos preexiste ninguna verdad pura (o impura) que expresar. Es necesario inventarla, volverla a conformar en la memoria.
Y de ahí su importancia histórica, su nueva importancia. Cuando la poesía olvida el fantasma de los sentimientos propios se convierte en un instrumento objetivo para analizarlos (quiero decir, para empezar a conocerlos). Entonces es posible romper con los afectos, volver sobre los lugares sagrados como si fueran simples escenarios, utilizar sus símbolos hasta convertirlos en metáforas de nuestra historia.
Pero no simplemente eso. Romper la identificación con la sensibilidad que hemos heredado significa también participar en el intento de construir una sentimentalidad distinta, libre de prejuicios, exterior a la disciplina burguesa de la vida. Como decía Machado, es imposible que exista una poesía nueva sin que exprese definitivamente una nueva moral, ya sin provisionalidad ninguna. Y no importa que los poemas sean de tema político, personal o erótico, si la política, la subjetividad o el erotismo se piensan de forma diferente. Porque el futuro no está en los trajes espaciales ni en los milagros mágicos de la ficción científica, sino en la fórmula que acabe con nuestras propias miserias. Este cansado mundo finisecular necesita otra sentimentalidad distinta con la que abordar la vida. Y en este sentido la ternura puede ser también una forma de rebeldía. (De El País, 8 de enero de 1983. En http://www.ideal.es/poesia/laotrasentiment.html).

Frente a la épica de los héroes o el
fin de la historia, prefiero la poesía
de los seres normales.

Hace falta cultivar nuestro jardín. Recordemos una vez más la conocida frase con la que Voltaire concluyó su Candide. Frase de resignación y de refugio. Cuando el mundo demuestra su realidad áspera, cuando los acontecimientos humanos se solucionan sin respetar el buen sentido de la razón amparadora, cuando nos sentimos provocados, con una íntima indignación capaz de encolerizarnos, de llevarnos al rencor, de hacernos diferentes a nosotros mismos, entonces es el momento de buscar refugio: hace falta cultivar nuestro jardín. Tengo con frecuencia la sensación de que vivo en un mundo hostil, cercado por una sinrazón que desgasta, y me es necesario buscar descanso para seguir viviendo sin traicionarme, porque también el odio es una forma de traición, a veces más peligrosa que la renuncia o los cambios de bandera. Con esta sensación y con este ánimo escribí «Día de calma» , un poema incluido en Las flores del frío (1991) […] (García Montero, Muñoz Molina, ¿Por qué no es útil la literatura?, Hiperión, Madrid, 1993. En http://www.librodenotas.com/poeticas/Archivos/001839.html#001839)

Concibo la poesía como un oficio, un género de ficción que necesita el conocimiento técnico y muchas horas de trabajo. No se trata de dar testimonio notarial de la vida, sino de crear vida y experiencias morales en el artificio del texto. Frente a la cursilería decimonónica del silencio lírico y las esencias ocultas, prefiero aceptar que la poesía es una cuestión de palabras. (De «Poética», en El último tercio del siglo (1968-1998). Antología consultada de la poesía española, Madrid, Visor, 1999, p. 665),

 

Texto

EL AMOR DIFÍCIL

Quizá tú no me viste,
quizá nadie me viese tan perdido,
tan frío en esta esquina. Pero el viento
pensó que yo era piedra
y quiso con mi cuerpo deshacerse.

Si pudiera encontrarte,
quizá, si te encontrase, yo sabría
explicarme contigo.

Pero bares abiertos y cerrados,
calles de noche y día,
estaciones sin público,
barrios enteros con su gente, luces,
teléfonos, pasillos y esta esquina,
nada saben de ti.

Y cuando el viento quiere destruirse
me busca por la puerta de tu casa.

Yo le repito al viento
que si al fin te encontrase,
que si tú aparecieses, yo sabría
explicarme contigo.

(De Habitaciones Separadas, Madrid, Visor, 1994).

CANCIÓN 19 HORAS

¿Quién habla del amor? Yo tengo frío
y quiero ser diciembre.

Quiero llegar a un bosque apenas sensitivo,
hasta la maquinaria del corazón sin saldo.
Yo quiero ser diciembre.

Dormir
en la noche sin vida,
en la vida sin sueños,
en los tranquilizados sueños que desembocan
al río del olvido.

Hay ciudades que son fotografías
nocturnas de ciudades.
Yo quiero ser diciembre.

Para vivir al norte de un amor sucedido,
bajo el beso sin labios de hace ya mucho tiempo,
yo quiero ser diciembre.

Como el cadáver blanco de los ríos,
como los minerales del invierno,
yo quiero ser diciembre.

(De Las flores del frío, Madrid, Hiperión, 1991)

 

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