GARCÍA LARRONDO, Juan

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GARCÍA LARRONDO, Juan

Biografía

Desde que obtuviera en 1989 el II Premio Internacional Teatro Romano de Mérida por su obra sobre el emperador Adriano El Último Dios, el gaditano Juan García Larrondo ha ido cosechando algunos de los más prestigiosos certámenes teatrales de España, como el Premio «Marqués de Bradomín» 1992, mención especial en el Premio Nacional de Teatro Calderón de La Barca 1991, el 2º Premio Ciudad de San Sebastián en 1993, el 2º Premio de Teatro «Hermanos Machado» de Sevilla en 1998 y, fuera de nuestras fronteras, ha sido también reconocido entre los finalistas del Premio Tramoya 2000 de México y en el Colosseo D´Oro de Roma del 2000. Entre otras de sus obras editadas y estrenadas destacan Mariquita aparece ahogada en una cesta, Celeste Flora, Seré Isla, Noche de San Juan, Al Mutamid y La Cara Okulta de Selene Sherry, además de su producción en diversos géneros como el periodístico, la poesía, la novela o su labor como guionista para series de televisión. En 2018 fue nominado al Premio Lorca de Teatro Andaluz como mejor autor teatral por su obra «Bendita Gloria», publicada en Artezblai Editorial, y en la actualidad es miembro de la Academia de las Artes Escénicas de España y la Asociación de Autores de Teatro.

Obra

NARRATIVA

Sobre Galba, la vorágine (1992). Relato.
La tejedora de engaños (1993). Relato.

POESÍA

Querencia (1994).

TEATRO

El Último Dios (1987).
Zenobia (1989).
Mariquita aparece ahogada en una cesta (1991).
Celeste Flora (1992).
La cara okulta de Selene Sherry (1993-94).
Marqués de Bradomín (1993).
Teatro de la memoria (1996).
Seré Isla (1996).
Noche de San Juan (Farsa, fábula y cuento para licántropos) (1997).
Al Mutamid (1998).
Amalia (Pero en defensa propia) (2001).
Celeste Flora (2013).
Diálogos, Fragmentos y otras Levanteras (2014).
Agosto en Buenos Aires (2014).
Bendita Gloria (o naftalina en el abismo) (2016).
Theatrvm fugit (2017).

ENSAYO

Villa Adriana: Morada del alma y de la mente (1991).

OTRAS

Cartas al amigo externo (1993). Colección artículos periodísticos.
Naufragios (1995). Colección artículos periodísticos.
Vidas Cruzadas (1997). Guiones para serie de televisión.
Plaza Alta (1999). Guiones para serie de televisión.
Arrayán (2001). Guiones para serie de televisión.

Premios

1989: II Premio Internacional «Teatro Romano de Mérida» por la obra El Último Dios.
1992: Mención Especial en el Premio Nacional de Teatro «Calderón de la Barca» del Ministerio de Cultura, por la obra Mariquita aparece ahogada en una cesta.
1992: Primer Premio de Teatro «Marqués de Bradomín» del Ministerio de Asuntos Sociales, por la obra Mariquita aparece ahogada en una cesta.
1993: Primer Premio de Teatro «Ciudad de San Sebastián» por la obra Mariquita aparece ahogada en una cesta.
1994: Segundo Premio de Teatro «Ciudad de San Sebastián» por la obra Celeste Flora.
1994: Galardón del Colectivo Teatral Portuense por el conjunto de actividades teatrales.
1995: Insignia de Oro de la Peña Cultural «El Chinchal» de El Puerto de Santa María, en reconocimiento a la labor teatral.
1998: Finalista del XVII Premio de Teatro «Hermanos Machado» por la obra Noche de San Juan (Farsa, Fábula y Cuento para Licántropos).
2000: Primer Premio de Teatro Breve «Doña Mencía». Por la obra Seré Isla.
2000: Cinquina en el Colosseo D´Oro de Roma (Italia) por Mariquita aparece ahogada en una cesta.
2000: Finalista del Premio Tramoya 2000 de Veracruz (Méjico) por Agosto en Buenos Aires.
2018: Primer Premio «Alfred de Musset» de adaptaciones teatrales por su versión de la obra de Albert Camus El estado de sitio.
2018: Nominado al VI Premio Lorca de Teatro Andaluz como mejor autor teatral por Bendita Gloria.
2022: VII Premio Irreverentes de Comedia por Antífona a Santa Rita del colon irascible (Clemencia Remix).

 

Poética

No ceso de pensar en ocasiones que he podido escribir algo que muy pocos comprenderán, que quizás no llegue a transmitir totalmente la esperanza, la alegría y la ingenuidad con la que fue inicialmente concebida. Algunos aspectos formales pueden sorprender, incluso escandalizar. Lejos de mi intención está el inflamar la moralidad o el denostar las creencias o rituales religiosos de nadie. Los dioses no nos pertenecen. Se dejan interpretar, querer u olvidar en libertad. Por eso, cuando la escribía, no quería que nada, ni los propios límites de la Literatura, me impidiesen derramar todas esas fantasías que brotaban impulsivamente dentro de mí. Sobra el decirlo, pero creo que no hay actos más perdonables en el ser humano que aquellos que se comenten en el nombre del Amor y, esta obra, es uno de ellos. (Notas a «La Cara Okulta de Selene Sherry». Centro Andaluz de Teatro, 1996).

 

Texto

ZENOBIA (1989)
(Fragmento)

(El Prefecto se marcha. Zenobia le sigue con la mirada, anhelante, vacía. Expulsada del paraíso, se arrodilla, tremendamente sola).

ZENOBIA:
(Casi arrogante). Yo, Septimia Zenobia. Reina indiscutible de Palmira, emperatriz de toda la Siria, Mesopotamia y Egipto. Esposa del que fue el mejor guerrero de la Historia, mi fiel Odenato, y madre de sus hijos, muertos o no… Recuerdo, ya solamente, una luz muy hermosa que me ofrecía Astarté, todos los días, en el perfil del Universo…
Nací en un barrio humilde, donde no se conocían las fragancias del Líbano. Yo misma hice construir, sobre aquel yermo solar, la Academia y la Biblioteca de mi reino. He perdido mis recuerdos por el bien de mi pueblo, al que di riquezas y prosperidad, futuro y esperanza. Renuncié a la comprensión de los ancianos de mi casa, y sembré en sus huertos la cultura y la filosofía. He adorado a mis manes y les he levantado dignos templos y santuarios. Formé a mis ejércitos -¡ah, la caballería Sagitaria!- , multipliqué el pan, arrinconando el hambre y la enfermedad, hasta que no quedó ni una sola aldea en mis dominios en la que no corriera el agua fresca y la alegría. ¡Por fin éramos libres tras cientos de años de esclavitud bajo el yugo romano!. Y ahora… Ahora ésa es mi sentencia de muerte… ¡Pero no la de mis hijos!. (Trata de sobreponerse) De nada me avergüenzo. Todo lo que tengo me lo debo a mí misma. Absolutamente todo lo que he logrado, me lo merezco, pero no esta injusta penitencia. ¿Qué más da el método, si al fin se llega?. Sé cómo manejar un estado, y está grabada en mi corazón la ley de la vida. Ayer fui amiga y hoy soy esclava. ¡Qué gran farsa!. Para quien nunca poseyó nada, perderlo todo es sólo agua que refresca la boca y después se tira. ¡Mirad mi ocaso, hermanos de las profundidades!. Pero seguiré en pie. Zenobia permanecerá inalterable al tránsito de los hombres y de las eras. Quitádmelo todo y dejadme libre y viva. Antes de que muriera el sol de esa jornada, Zenobia volvería a ser grande, rica y poderosa, hermosa y altiva. ¡Ay, Tiempo!. Tan sólo añoro la juventud. ¡Diez, quince años menos!, y ya no habría un sólo varón sobre la Tierra que se hubiera atrevido a ponerme la mano encima. Y, a pesar de todo, siete hijos ha parido este vientre al mundo, y fui yo la que escogió a los hombres que gozaron bajo mis sabanas.
Si pudiera revivir aquellos días juveniles, alteraría, sin vacilar, el orden seguido por mi vida. Untaría mi cuerpo con aceites y polvos del desierto. Me entregaría, en toda mi belleza, a los hombres morenos que traen en los ojos el color del río sagrado de la India, y las manos heridas y sedientas del trayecto de las caravanas. Sí, eso haría. Con la agilidad de una niña, hundiría a cada uno de esos hombres bajo mis piernas y, como Lilit, me convertiría en un extremo más del mismo cuerpo, recibiendo en mis entrañas jugos de mundos lejanos, de sombras y de gentes que han existido desde siempre en mi imaginación. De ninguna manera volvería a pertenecer a un sólo hombre, ni a un sólo Dios, ni a un sólo súbdito de mi reino. Sería una mujer libre, deseosa únicamente del placer y el gozo de vivir. No necesitaría más que la ufanía, los ojos bien abiertos, y el mundo y las estrellas abrigándome entera. ¡Oh, sí!. Nunca más un ideal, nunca más la tristeza, ni la guerra, ni la codicia. Sólo conmigo el genio divino de la maleza, el rugido sensible de la brisa, y la arena mojada como lecho de muerte, para no perder nunca la perspectiva de todo lo que me pertenece y me rodea…

(Susurra con pasión el viento de los océanos. Resplandece LUZBEL, que llega con la brevedad de una ola. Se conmueven todos los órdenes ante el ave más bella de la Creación).

(De Teatro de la memoria, El Puerto, Altazor, 1996. pp. 96-97)

 

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