GAMONEDA, Antonio

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GAMONEDA, Antonio

Biografía

 

Antonio Gamoneda nace en Oviedo en 1931. Su padre, poeta modernista, muere en 1932 y, dos años más tarde, Gamoneda se traslada a León con su madre, cuya presencia será un contrapunto afectivo y, posteriormente, también poético ante el horror y la miseria de la guerra y la posguerra. Su infancia estará marcada por la pobreza. En 1941, tras un breve periodo de aprendizaje en el colegio religioso de los Padres Agustinos, del que se autoexpulsó en razón de motivos que explica con detalle en su libro Un armario lleno de sombra, comienza a trabajar como recadero y meritorio en el Banco Mercantil, con duras tareas y largas jornadas. Durante esta época se posicionó en el bando intelectual contrario al franquismo. De estos años proceden sus primeros poemarios: La tierra y los labios (1947-1953); Sublevación inmóvil (1953-1959); Exentos I (1959-1960); Blues castellano (1961-1966), que mantuvo inédito, a causa de la censura, hasta 1982 y Exentos II (1963-1970).

Iniciada la década de los 60, se sumirá en un silencio poético, significativamente interrumpido por la muerte de Franco y el inicio de la Transición. La crisis ideológica que sufrió en esta etapa de su vida la plasmará en su libro Descripción de la mentira (1977), obra con la que marcará un giro total hacia su madurez poética. En 1988 recibe el Premio Nacional de Literatura por la recopilación de toda su poesía en la obra Edad (1987). Entre 1979 y 1991, fue director de la Fundación Sierra-Pambley, creada en 1887 por Francisco Giner de los Ríos, Gumersindo de Azcárate y Manuel Bartolomé Cossío, dentro del espíritu social y formativo de la Institución Libre de Enseñanza. A continuación formó parte del Patronato hasta 2007.

Con Arden las pérdidas (2003) culmina la línea de madurez, iniciada en Descripción de la mentira, de una poesía en la perspectiva de la muerte, en la que lo perdido (la infancia, el amor, los rostros del pasado…) aún arde en el tránsito hacia la vejez.

Sus libros poéticos unitarios han sido traducidos a una o varias de las siguientes lenguas: inglés, francés, italiano, portugués, alemán, neerlandés, hebreo, sueco, japonés y árabe. Ha hecho lecturas de poemas y dictado conferencias en instituciones y universidades de Europa, América, África y Asia.

Es doctor honoris causa por las universidades de León y de Santo Domingo, y miembro titular de los patronatos de la Biblioteca Nacional y del Instituto Cervantes. Pertenece también a la Asociación Internacional de Críticos de Arte.

Obra

NARRATIVA

«La aventura física de María Ruiz», en AA. VV., Cuentos (1968).
«Relación de Don Sotero», Los Cuadernos del Norte (Oviedo) 31, 1985, 74-76. Reproducido en Santos Alonso (ed.), Figuraciones, (1986), 135-145.
Relación y fábula [«Relación de Don Sotero» y «Fábula de Pieter»] (1997). Cuentos y relatos.

 

POESÍA

Sublevación inmóvil (1960).
Descripción de la mentira (1977).
León de la mirada (1979).
Blues castellano (1961-1966). Publicado en 1982.
Lápidas (1987).
Libro del frío (1992).
Mortal 1936 (Pasión y luz de Juan Barjola) (1994).
El vigilante de la nieve (1995).
Libro de los venenos: corrupción y fábula del Libro Sexto de Pedacio Dioscórides y Andrés de Laguna, acerca de los venenos mortíferos y de las fieras que arrojan de sí ponzoña (1995).
Mallarmé, Herodías (1996). Versión libre, en colaboración con Amelia Gamoneda.
Substances, límites (1997).
¿Tú? (1998). En colaboración con Antonio Tapiès.
Pétale blessé (2002).
Arden las pérdidas (2003).
Reescritura (2004).
Cecilia (2004).
De l’impossibilité (2004).
La voz de Antonio Gamoneda (2004).
Passion du regard (2004).
Claridad sin descanso (2006).
Extravío en la luz (2009). En colaboración con Amelia Gamoneda y Juan Carlos Mestre.
Canción errónea (2012).
La prisión transparente (2016).
Niñez (2016).
Aún (poemorias de Antonio Gamoneda) (2019).

 

ANTOLOGÍAS

Edad (1987).
Sólo luz (2000).
Antonio Gamoneda. Antología poética (2002).
Antonio Gamoneda-Antología (2002).
Descripción del frío (2002). En colaboración con diversos pintores y escultores.
Aunque ya es tarde (2003). En Israel.
Atravesando olvido (2004). En México.
Lengua y herida (2004). En Argentina.
Más allá de la sombra (2004). En colaboración con el pintor Bernardo Sanjurjo.
Ávida vena (2006).
Sílabas negras (2006).
Antología poética (2006).
Antología mínima (2007).
Dieses Licht (2007). En Alemania.
El óxido que se posó en mi lengua y otros poemas (2008).
Extravío en la luz (2008). En colaboración con Juan Carlos Mestre y Amelia Gamoneda.
Destellos (2009).
Madre (2009). Antología temática.
Esta luz. Volumen 1 (1947-2004) (2019).
Esta luz. Volumen 2 (1995, 2005-2019) (2019).

 

DISCOGRAFÍA

Poesía en la Residencia-La voz de Antonio Gamoneda (2004).
Antonio Gamoneda – Antología y Voz (2007).
Escritura y alquimia-La campana de la nieve (2009).

 

ARTÍCULOS

«Poesía y conciencia. Notas para una revisión», Insula, 204, Madrid, (1963).
«Poesía, situación, utilidad», República de las Letras, 23, Madrid, 1989, 27-29.
«Sobre la utilidad de la poesía provinciana», República de las Letras, 24, Madrid, 1989, 165-167.
«El arte de la memoria», El Urogallo 71, Madrid, 1992, 12-13
«Aquella primera pasión por la lectura», en Álvaro Ruiz de la Peña (ed.), Páginas de viva voz. Leer y escribir hoy, Oviedo, Universidad de Oviedo, 1995, 69-82.
«La poésie dans la perspective de la mort», en Bernard Noël (ed.), Qu’est-ce que la poésie ? Paris, Éditions Jean-Michel Place/Ville de Saint-Denis, 1995, 228-230.
«Una lectura posesiva de Jorge Guillén», en Francisco Javier Blasco (ed.), Jorge Guillén, el hombre y la obra. Valladolid, 1995, 293-296.
«¿Existe o existió la Generación del Cincuenta?», en AA. VV., II Congreso de Poesía canaria. Hacia el próximo siglo, Gran Canaria, Caja Canarias, 1997, 29-32.
«La creación poética: radicación, espacios, límites», en Ignacio Castro (ed.), Informes sobre el estado del lugar, Gijón, Caja de Asturias, 1998, 113-124.
«¿Poesía en los años 2000?», La alegría de los naufragios, 1-2, Madrid, 1999, 25-28.
«Valente: de la contemplación de la muerte», Cuadernos Hispanoamericanos, 600, Madrid, 2000, 7-10.
«Del sentir invisible de Marga Clark», Quimera, 187, Madrid, 2000, 19-22.
«Memoria de Valente», ABC/Cultural, Madrid 3/9/2001.
«Luis Cernuda: el poeta y el crítico», en Nuria Martínez de Castilla y James Valender (eds.), 100 años de Luis Cernuda, Madrid, Publicaciones de la Residencia de Estudiantes, 2002, 223-231.
«Poesía y literatura: ¿límites?» en José Enrique Martínez Fernández (ed.), Estudios de literatura comparada: norte y sur, la sátira, transferencia y recepción de géneros y formas textuales, León, Universidad de León, 2002, 33-42.
«Presencias de la poesía europea», Moenia, Lugo, 2004, 5-16
«Poesía, existencia, muerte», en Antonio Gamoneda (ed.), Atravesando olvido. Antología personal. México, Editorial Aldus, 2004, 207-221. Traducción al francés: «Poésie, existence, mort», Europe París, 875, 2002, 94-104.
«Las lágrimas de Claudio», Archipiélago, 63, Barcelona, 2004, 21-24
«Prólogo», en César Antonio Molina, El rumor del tiempo. Barcelona, Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores, 2006, 7-13.
«Quelques mots sur la poésie», Europe, París, 928-929, 2006, 223-226.
«Sur la poésie. Discours de réception du Prix Européen de Littérature 2006 suivi de Tombées (5 poèmes inédits)», Jacques Ancet (trad.), Mesnil-sur-Estrée, Librairie La Hune/Arfuyen, 2006.
«Ángel González : un histórico», La voz de Asturias, Oviedo, 3/2/2008.
«Pórtico», en Nâzim Hikmet, Poemas finales. Ültimos poemas II 1962-1963. Madrid, Ediciones del Oriente y del Mediterráneo, 2008.

 

OTROS

Echauz: la dimensión ideológica de la forma (1978).
Silverio Rivas – Viaje al interior de la escultura (1981).
José Luis Sánchez: Pensamiento y espacio (1982).
Zamora (1982). Estudio socioestético literaturizado sobre el románico en la provincia de Zamora.
León: traza y memoria (1990). En colaboración con José María Merino y Luis Mateo Díez.
El cuerpo de los símbolos (1997).
Conocimiento, revelación, lenguajes (2000).
Sur la poésie (2006).
Valente: texto y contexto (2008).
Un armario lleno de sombra (2009). Memorias de infancia, 1934 – 1945.
La pobreza [segundo volumen de sus memorias] (2020).

 

LIBROS EN COLABORACIÓN CON ARTISTAS PLÁSTICOS

«Lapidario incompleto», en León: traza y memoria, con Luis Mateo Díez y José Maria Merino, [grabados al aguafuerte de Félix Cárdenas] Madrid, Antonio Machón, 1984, 11-40.
Encuentro en el territorio del frío [con reproducciones de Albert Agulló y prólogo de José Gómez Isla] León, Instituto Leonés de Cultura, 1995.
Eros y Thanatos [pinturas de Álvaro Delgado con once poemas de Antonio Gamoneda] Madrid, Círculo de Bellas Artes, 1999.
¿Tú? [con grabados de Antoni Tàpies] Madrid, Ed. T/ Antonio Machón, 1999.
Más allá de la sombra [Bernardo Sanjurjo, Obra gráfica, 1999-2002. Antonio Gamoneda, Poemas, 2002] Oviedo, Museo de Bellas Artes de Asturias, 2002.
Memoria volcánica [con grabados de Amaya Bozal] Madrid, Ediciones Sen, 2002.
Extravío en la luz [edición de seis poemas inéditos con grabados de Juan Carlos Mestre y estudios preambulares de Amelia Gamoneda] Madrid, Casariego, 2008.

Premios

 

1985: Premio Castilla y León de las Letras.
1988: Premio Nacional de Literatura.
2004: Premio Leteo.
2005: Premio de Literatura de la Comunidad de Madrid.
2006: Prix Européen de Littérature.
2006: Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana.
2006: Premio Cervantes.
2009: Premio «Quijote» de las Letras Españolas.
2009: Premio de la Crítica de Castilla y León.
2009: Premio de las Letras del Festival Internacional del Reino de León.
2009: Premio Ciudad de Barcelona.
2010: Premio del PEN Club «Rosalía de Castro».
2011: Doctor Honoris Causa por la Universidad Autónoma de Santo Domingo.

Poética

 

«Desde mi experiencia, sé que la poesía se manifiesta antes sensible que inteligible, o dicho de otra manera, que es inteligible bajo condiciones de sensibilidad. La poesía es creación de objetos de arte cuya materia es el lenguaje, y en ella, como en toda realización artística, se da una fisicidad que, naturalmente, tiene cualidades sensibles. Tengo que añadir rápidamente que los hechos poéticos y su fisicidad son inseparables, en su esencia y en su consistencia, de una energía simbólica. Todo, en poesía, es símbolo, pero – atención, por favor – fíjense en que el símbolo es, dentro de la experiencia estética (y de la poética, por descontado) un hecho también sensible. Lo sé a fuerza de sentirlo.

[…]

Nos sentimos en relación con un objeto específica y físicamente poético cuando percibimos sus valores de composición. Este percepción se produce, naturalmente, en el cauce de la sensibilidad. De la sensibilidad y de la memoria. De la memoria de los sentidos. La poesía es un arte de la memoria. En razonable analogía, fijémonos en que no seríamos, por ejemplo, sensibles a una melodía sin la memoria sucesiva de sus partes. En poesía, igualmente, es la memoria la que posibilita y comunica su temporalización, su conducta musical y su rítmica. A este respecto, yo entiendo, con Rubén Darío, que existe también una música y una rítmica de las ideas. Pero con la música hemos topado y mi compromiso es el de hablar del pensamiento poético. Pues bien, yo pienso que la música es el estado original del pensamiento poético.

He apuntado ya que es la memoria la que determina la existencia física de la poesía al posibilitar su composición, es decir, su corporeidad musical, pero, simultáneamente, también la memoria proporciona los asuntos, la articulación intelectual del poema, y aún la memoria tiene funciones en la poesía que, a los efectos existenciales, a mí me parecen de mayor gravedad. […] Aprovecho para decir, de pasada, que la poesía, arte paradójico, tiene su causa y su finalidad en el conocimiento, pero tanto como en éste, las tiene en intensificar nuestra vida mediante una especial forma de placer, de modo que la poesía es también el arte de implicar placer en el relato de cómo avanzamos hacia la muerte.

La causa musical del poema suscita su contenido lingüístico y es entonces, en este punto del curso generativo, cuando hace su aparición el pensamiento. Fíjense bien en que no he dicho que el pensamiento no exista antes de llegar a este punto; lo que he dicho es que es en ese momento relativamente avanzado del proceso cuando hace su aparición. Más llanamente: en poesía, yo sólo sé, sólo soy consciente, de lo que pienso cuando ya está dicho.

Por eso, porque la generación del poema tiene en ella su desencadenante potencialmente sensible (y digo «potencialmente» porque esa música que aspira a ser lenguaje está todavía en el cerebro, donde habrá un área neuronal y unos neurotransmisores específicamente encargados de activarla), yo me he atrevido a decir que la música es el estado original del pensamiento poético. Si esto es así, el pensamiento poético, el específicamente poético, no procede de la reflexión o investigación, ni es deducido en modo deliberado de otro pensamiento preexistente (obsérvese que estos mecanismos sí pueden darse y funcionar en el pensamiento pseudopoético de la cotidianidad, que es el que nutre, al menos en España, la escritura de aspecto poemático que con más frecuencia resulta aplaudida y hasta «oficializada» al día de hoy, de manera semejante a como ocurre con las canciones fáciles y pegadizas), y es aquí donde hay que preguntarse de qué estado o función de la conciencia procede entonces el pensamiento realmente poético. Lo diré: de una confusión profunda de la causa musical y la causa significativa. De esta confusión profunda se deriva el hecho de que el pensamiento poético, generador de conocimiento como veremos, no tenga su razón de ser y su finalidad en la información, sino en algo que me atrevo a llamar revelación.

Tendríamos, pues, que así como la comunicación del pensamiento reflexivo, analítico o meramente conductor de observaciones empíricas es de naturaleza informativa, lo que llamo confusión (una confusión privilegiada, desde luego, matriz, instinto, bajo ciertas condiciones, del pensamiento poético) puede resolverse en revelación, y revelación no es información. Creo que estamos rozando la especie del fenómeno poético».

(«Poesía y literatura: ¿límites?», Estudios de literatura comparada. Actas del XIII Simposio de la Sociedad Española de Literatura General y Comparada, León, Universidad de León, 2002).

 

Texto

 

(…)

Las hortensias extendidas en otro tiempo decoran la estancia
más arriba de mi cuerpo.

He sentido el grito de los faisanes acorralados en las ramas de
agosto.

Un animal invisible roe las maderas que también están más allá
de mis ojos

y así se aumenta la serenidad y prevalece el olor de la mostaza
que fue derramada por mi madre.

Yo convalezco en sábanas limpias que me preservan de los in-
sectos y los cristales de mi infancia son causa de la imposi-
ción de una luz que les antecede en muchos días desde que
existió la solemnidad y la pureza.

En este espacio me he reunido con tu dulzura, la que traicionas-
te delante de mis ojos.

Ahora eres obsequioso y pacífico como el aceite que se reserva
para los agonizantes;

ahora me contienes con tus manos y me descubres todos los ges-
tos de tu rostro;

tantas veces pusiste la boca sobre las heridas, tantas te desdijis-
te como una liebre tenebrosa…

Asediado por un azufre que no podías soportar en los alimentos,
¡tantas me recibiste en tu mirada y me participaste una escritu-
ra de carmines abrasados,

tantas te desplomaste en mi existencia…! Fue una época damni-
ficada.

Tú invocabas al chamariz y hacías que los árboles se inclinasen
sobre nosotros en tardes inmóviles mientras la policía escri-
bía nuestros nombres.

Otros días cantabas poseído por el alcohol, que rebosaba azul
sobre las mesas desgastadas por la lejía.

Una senda de aulagas conducía hasta tu casa donde siempre era
invierno. ¡Ah cómo sentía tus dientes y cuánto tiempo te es-
cuchaba, cómo esperaba tu desaparición amándote!

(…)

(De Descripción de la mentira, fragmento)

 

 

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