FERNÁNDEZ DE LA SOTA, José

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FERNÁNDEZ DE LA SOTA, José

Biografía

José Fernández de la Sota nació en Bilbao en 1960. Es licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad del País Vasco y Diplomado en Estudios Europeos por la Universidad de Deusto. Columnista y crítico literario, se dio a conocer a finales de los 80, cuando obtuvo el Premio de Poesía del Gobierno Vasco con su libro Te tomo la palabra y resultó finalista del Pío Baroja con la novela Informe Goliat. Con Te tomo la palabra fue, además, finalista del Premio Nacional de la Crítica y con Informe Goliat, finalista del premio Nadal. En 1994 apareció en la editorial Renacimiento su poemario La Gracia del enano y en 1997 publicó en la editorial Hiperión Todos los santos, libro por el que obtendría al año siguiente el premio Euskadi de Literatura. Ha sido incluido en las antologías Poemas para cruzar el desierto, Los nuevos poetas, Un siglo de sonetos en español y Poetas en blanco y negro. «La poesía de Fernández de la Sota», ha escrito el crítico Pablo Martínez Zarracina, «constituye un empeño por caminar solo. Es como si, mientras los miembros de su generación se demoraban buscando no se sabe bien qué en la cacharrería de la experiencia, el conocimiento y el silencio, el bilbaíno se hubiese ocupado de procurarse el refugio de la sombra y avanzar silbando una canción (…). Una poesía en la que conviven la contención y la hondura, la inteligencia, la música y la capacidad de emocionar». En 2004 un jurado en el que figuraban Lázaro Covadlo, Juan Bonilla e Hipólito G. Navarro le concedió el Premio Iberoamericano Cortes de Cádiz por el libro de relatos Suerte de perro. Ricardo Senabre ha escrito en El Cultural, refiriéndose a Suerte de perro que «algunas piezas podrían figurar como ejemplares en cualquier antología de esta modalidad narrativa».

Obra

POESÍA

Te tomo la palabra (1989).

La gracia del enano (1994).

Esto no es un soneto (1996).

Todos los santos (1997).

Lugar de paso (2001).

Material de construcción (2004).

Cumbre del mar (2005).

Aprender a irse (2007).

Vacilación (2009).

Travesía de Bilbao (2010).

Tiempo muerto (historias de escritores un poco raros)  (2013).

Juan Larrea: (el hombre al que perseguían las palomas) (2014).

Quien habla (2016).

Enciclopedia del fracaso (2020).

NARRATIVA

Informe Goliat (1989).

Elefantes blancos (1997).

Negrita con diamantes (1998).

Suerte de perro y otras historias (2005).

«La biblioteca férrea» (Relato) (2007).

ANTOLOGÍA

Llama al viento. Antología poética 1975-2015 (2019).

ENSAYO

Aurelio Arteta: los trabajos y los días (2015).

OTROS

Bilbao (guía de la ciudad en Ediciones Jücar) (1993).

Bilbao, puente hacia el siglo XXI (1998).

Bilbao, literatura y literatos (2000).

Juan Larrea, Versión terrestre (2009).

Premios

1988: Premio de poesía Alonso de Ercilla por el libro Te tomo la palabra.

1996: Premio de cuentos Gabriel Aresti con el relato «Ratón y hombre».

1997: Premio Internacional de poesía Antonio Machado en Baeza por Todos los Santos.

1997: Premio Internacional de cuentos Max Aub por «Negrita con diamantes».

1998: Premio Euskadi de Literatura.

2004: Premio Iberoamericano de relato Cortes de Cádiz por el libro Suerte de perro.

2004: Premio Jaén de poesía por Material de construcción.

2005: Premio Internacional Camilo José Cela de Cuentos por el relato «La biblioteca férrea».

2005: Premio de poesía Alfons el Magnánim «Valencia»por Cumbre del mar.

2006: Premio de poesía Ciudad de Córdoba – Ricardo Molina por el libro Aprender a irse.

2010: Premio Euskadi de Literatura por Vacilación.

Poética

«Creo que la poesía no es sólo literatura, digo no sólo. Creo que puede ser la máxima expresión del lenguaje, su consecuencia última. Creo -como Mathew Arnold dijo- que es el habla más perfecta del hombre. Creo -como pensaba Elytis- que es el camino único hacia la parte desconocida de nuestro ser, es decir, el arte de aproximarnos a aquello que nos sobrepasa. Creo, pero sólo lo creo, no lo sé».

 

 

 

Texto

Cuando tú eras silencio

Cuando tú eras silencio,
antes del primer pálpito,
yo no soñé contigo.

Estaba caminando, desandando
mis pasos sobre el mundo
(que era Abando),
leyendo
las vidas de Machado (Antonio),
Juan Ramón (Jiménez),
Villamediana (el conde),
amando
apasionadamente a Blas de Otero.

Estaba trabajando,
levemente escribiendo,
esperando la carta que el cartero
me entregaba cada mañana y nunca,
nunca llevaba una paloma dentro
(a veces, digo a veces,
traía un muerto). Estaba,
en fin, viviendo,
andando,
interneteando,
y paseando (sobre todo)
al perro.

Eso es lo cierto. Es fácil
montarse una película al respecto
(una película de serie cielo).
Pero yo soy un pájaro terrestre.

Digo que andaba solo sin tu abrigo
pero no me acordaba de quererte,
no lograba inventarte,
no soñaba tenerte como me tienes.
No soñaba contigo. Refractaba
luz negra un cristal ciego.
Estaba mudo.
Y no soñé contigo
(pido que me perdones)
aquella noche donde tú no estabas.

Como abrir una puerta

Como abrir una puerta de una casa
iluminada y comprender que al fin
-después de tanto tiempo y tantas vueltas,
tantas derivas en la oscuridad y tanto
traspiés, vapuleado y jadeando como
un perro ante el cristal de una ventana-
ese era el fin del viaje, un no saber
cómo llegaste allí, cómo pudiste
abrir la puerta y escuchar sin llanto
el rumor de la vida a tus espaldas.

Una muchacha de Ripostes

Una niña tan alta que entró en mi pecho,

dulce savia subiendo por mis dos brazos.
Árbol que echa raíces bajo el helecho
mientras sus ramas surgen igual que brazos.

Una niña me crece dentro del pecho
como musgo amarillo, verde y amargo.
Entre violetas leves que el viento mece
una muchacha esbelta por dentro crece.

El exiliado

Cerré las puertas de mi casa un día
de abril. Me fui quedándome
en mí, dentro de mí, habitándome.

Rodaban las cabezas de las flores
aquella primavera
decapitada antes de abrirse paso.

Frías aves heráldicas surcaban
el telón silencioso
de un cielo recamado de fracaso.

Quise sellar las puertas y ventanas.
La negra luz no quise
que cegara la llama de mi casa.

Cerré las puertas pero el aire libre
entró a pesar de todo
por escalas y túneles de vida.

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