Biografía
Rafa Dedi, nombre artístico de Rafael de Dios García, es poeta y actor. Nació en Riaguas de San Bartolomé (Segovia), en 1957. Estudió en Segovia, siendo corresponsal y colaborador de El adelantado de Segovia, y pasó parte de su vida en Leganés. Gran parte de su obra ha sido escrita en Menorca y Ayllón. Sus paisajes y gentes le sirvieron como fuente de inspiración. Ha sido incluido en numerosas obras antológicas (50 poetas contemporáneos de Castilla y León), es miembro de varias asociaciones y grupos culturales y ha colaborado asiduamente en revistas y periódicos.
Obra
POESÍA
Poe (1980).
Nací para ser libre (1981).
Segovia, mis raíces (1983).
La promesa (1987).
Hombres de polvo (1992).
Si no fuera por ti (1994).
Poemas de abatimiento (1995).
De los sotos al páramo (1996).
Poemas a las cosas (1996). [Algunos poemas aparecen en los libros de lecturas Calidoscopio, 4º de Primaria y Perinola, 5º de Primaria.]
Mar azul, mar negra (1998).
Rafa Dedi, poemas (2000).
Vivir con vida (2011).
Breve Antología Poética (2012).
Cuando pongo «Te Quiero» (2012).
Premios
1981: Premio Villa de Leganés con Nací para ser libre (I premio).
1984: Premio AGA (Bilbao) con Corazones arrecidos (I premio).
1986: Premio AGA (Bilbao) con Estación de penuria (I premio).
1992: Premio AGA (Bilbao) con Hombres de polvo.
1995: Ciudad de Miranda (Miranda de Ebro, Burgos) con De los sotos al páramo (Mención honorífica).
1995: Premio del Sindicato Nacional de Escritores Españoles con Poemas a las cosas (I premio).
1998: Medalla de Oro de San Isidoro de Sevilla (Sindicato Nacional de Escritores Españoles)
Poética
«Rafa Dedi es un pozo enorme de contenidos profundos.»
Ramón Espinar Gallego, Alcalde de Leganés y, poco después, Presidente de la Asamblea de Madrid. Prólogo del libro Como ángeles sin alas.
«El autor ha pretendido y afortunadamente conseguido plasmar toda la emoción, todo el encanto, toda la nostalgia de los campos enfermos y sedientos.»
Luis Mínguez «Orejanilla» (poeta, crítico, antólogo, articulista…). Prólogo del libro Segovia, mis raíces.
«Un poeta puro de nuestra tierra, que sabe interpretar las representaciones del espíritu de forma intimista y sincera, con desnudez de alma y con la riqueza melódica necesaria para que sus versos, uno a uno, vayan calando en la sensibilidad del lector.»
Pablo Martín Cantalejo, director de «El Adelantado de Segovia», 1987. Prólogo del libro La promesa.
«Rafael de Dios García es, ante todo, hombre de la tierra, él está orgulloso de serlo, porque se encuentra muy a gusto en contacto con la Naturaleza, a la que vive intensamente.
Conoce la vida de la gran urbe, donde se ha movido en medios literarios y artísticos, pero ha preferido volver a sus orígenes.
Rafael de Dios, en éste por ahora su último libro, La promesa, se reafirma como amante de lo natural, de todo lo que hay de sencillo y de vivo en torno a nosotros.
Rafael de Dios, con su poesía reflexiva, cálida, canta a todo lo que ven sus ojos, todo tiene algo de encanto y de nuevo para él.
Todo lo que significa progreso le sirve igualmente, porque Rafael de Dios, ni en sus ideas ni en su poesía es estático, sino todo lo contrario; lleno de vitalidad, de ideas, de deseos de hacer, canta con su poesía risueña a todo y a todos.»
El Adelantado de Segovia, viernes 18 de marzo de 1988, pág. 5.
«A veces intentan olvidar, porque el olvido
Es una pena que no se llora».
Una pena que no se llora. ¿Cómo coño consiguen los poetas decir tanto con tan pocas palabras?
7 de octubre 2005. Blogs 20minutos. Manolo Saco, periodista.
«Rafa, con más nostalgia que nadie por estos parajes un día cultivados y hoy preteridos y a la buena de Dios, restaña su pecho magullado así:
«Trago viene, trago va,
que se beben los sudores
y que no les saben mal»
Se refiere a aquellos duros agricultores de las tierras negras y rojas que ya no volverán.
Al bolsillo de la camisa lo sublima con esta hermosa y virguera cuarteta:
«Bolsillo de la camisa.
De ti tengo celos yo,
Pues quisiera estar tan cerca
Como tú del corazón».
Apuleyo Soto, Por el Duratón al Duero, 2006. Pág.77.
Texto
El campo
Aquí arriba no tengo
Nada más que a la espiga;
Ancianos, que laboran
Los campos del recuerdo;
La casa donde sólo
Mi soledad habita;
El aire, sano, puro,
Y el plácido silencio.
Aquí arriba es abajo,
Según decís vosotros,
Pero yo no comparto
Los platicares vuestros.
Placeres y riquezas
Conozco a lo que obligan.
Aquí arriba es arriba
Por lo bien que me siento.
Respiro sus perfumes,
Escucho sus sonidos,
Camino hasta sus cumbres,
Retorno cuando llego;
Y espero que concluya
Mi vida en estos pagos,
Al lado del arado
Mis surcos escribiendo.
Mar azul, mar negra
La mar que besa los cuerpos
En las calientes arenas,
La mar de los pescadores
Y la mar de los poetas.
La mar esclava entre rocas,
La mar libre de la playa,
La mar que acuna los barcos
Y la mar que los batalla.
La mar de las aguas claras
Y la de costas y puertos
En donde vierten los hombres
Su codicia y sus desechos.
La mar tranquila, calmada,
Y la mar brava y cruenta.
Las dos mares de la mar:
La mar azul y la negra.
Efímera
Pasaba y, por tenerla, no hice caso.
Dejé, sin darme cuenta, que pasase.
Después, apresurado, llegué tarde,
Hallándola en el borde de su ocaso.
Hermosa de vivir, ¿por qué te has ido,
Si no te aproveché ni me avisaste?
Calló, siguió pasando y, al mirarme,
Me vi, flor del ayer, envejecido.
No hay cárcel
No hay cárcel peor que ésa
De vuestro peso y altura,
Ni peores cadenas
Que las que vuestras manos os proporcionan.
Volar,
Atravesar montañas,
Navegar los mares…
Eso se puede hacer desde la cárcel.
¡Soñad! ¡Imaginad!
Aunque os muráis de hambre,
Encarcelados en vuestra figura.
(De Rafa Dedi, Poemas, Biblioteca General Corona del Sur, Málaga, 2000).
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