CESPEDES, Alejandro

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CESPEDES, Alejandro

Biografía

 

Alejandro Céspedes (Gijón, Asturias, 1958). Licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación por la Universidad de Oviedo. De 1980 a 2004 desarrolla toda su trayectoria profesional en el campo de la gestión cultural (Fundación de Cultura de Gijón, Consejería de Cultura del Principado de Asturias, Instituto de la Juventud, Ministerios de Educación y Cultura, y los Ayuntamientos de Madrid y Móstoles: En este último asumió hasta el año 2004 la Dirección del Área de Cultura).
Ejerció la crítica literaria en el diario El Mundo desde 1998 a 2002.

Fue coordinador de la sección de poesía de la Revista La Cultura de Madrid hasta el año 2001. Miembro fundador y del Consejo Editorial de la revista de literatura «Número de Víctimas» junto con Luis Antonio de Villena, Almudena Grandes y Leopoldo Alas.

Ha publicado sus poemas en la revista «Insula», en el Suplemento Cultural del diario ABC y en la mayoría de revistas literarias españolas. Es Miembro de la SGAE desde 1987, ha escrito letras para importantes músicos españoles, entre los que se encuentra Luz Casal y fue asesor literario en la revisión de libretos de zarzuela. Director de Escena y de Teatros, formó parte activa de las comisiones de la Red de Teatros del INAEM desde 1995.

A partir de 2007 se dedica exclusivamente a la literatura. En diciembre de 2009 se incorpora a la dirección del programa de poesía «Definición de savia», en la radio del Círculo de Bellas Artes de Madrid.

Ha obtenido varios galardones; entre otros, el Premio de la Crítica de Asturias en 2009 y el 42 Premio Iberoamericano de Poesía Juan Ramón Jiménez en 2022.

 

 

Obra

 

POESÍA

La noche y sus consejos (1986).
James Dean, amor que me prohíbes (1986).
Muchacho que surgiste (1988).
Tú, mi secreta isla (1990).
Las palomas mensajeras sólo saben volver (1994).
Hay un ciego bailando en el andén (1998).
Sobre andamios de humo 1979-2007 (2008).
Los círculos concéntricos (2008).
Flores en la cuneta (2009).
«La escoria de los días» (2009).
Y con esto termino de hablar sobre el amor (2012).
Topología de una página en blanco (2012).
Voces en off (2016).
Las caricias del fuego (2018).
El aliento del Klai (2020).
La infección de lo humano (2021).
Cazadores de icebergs (2022).
Soy Lola Jericó (2022).

Premios

 

1977: Premio Standart de Textos Teatrales.

1984:»Ángel González».

1984: Premio Ángel González.

1985: Accésit del Premio Internacional Teatro Español de Madrid.

1985: Premio Internacional Villa de Lanjarón.

1986: Premio Navarra de Poesía.

1994: Premio Hiperión.

2008: Premio Blas de Otero.

2008: Premio de la Crítica de Asturias.

2009: XXV Premio Jaén de Poesía.

2009: Candidato al Premio Nacional de la Crítica.

2009: Premio de la Crítica de Asturias.

2022: 42 Premio Iberoamericano de Poesía Juan Ramón Jiménez.

Poética

 

«Escribir una poética es hacer un elogio de la inutilidad. Escribir es elegir. Nada puede explicar la poesía sin volver a hacer literatura, o algo peor. Saber cómo se hace sólo es una mitad de las muchas mitades. Saber dónde se encuentran el resto de las mitades tampoco garantiza que puedan ensamblarse».

 

 

Texto

 

ESTA piedra que soy y que da vida, ha amasado una estatua para hallar en lo inerte la exacta perfección de lo inexacto. Sin cuerpo, luego sin podredumbre, para ser yo quien creo.

Le doy vida incubándola bajo mi vientre frío. El hielo hace más lentos los instantes que luego han de marcarle su camino.
Cada pequeña célula de arcilla es mi trasmigración, continuación, certeza.

Me dicen que hago monstruos, pero cuando la miro en el espejo ningún aliento empaña nuestra imagen. Nada duele, ni grita, ni hace huellas detrás de nuestros pasos. Nada cede al recuerdo, pues no tiene memoria lo que nace de estéril.

Somos dos y ninguna.
La existencia se muestra tolerable en la cúspide igual de lo perfecto.

HE llegado hasta aquí y soy ante mis ojos la materia que rellena los huecos de mi lástima.

Doy gracias, al final, frente al espejo, de haber permanecido a oscuras tantos años.
Ahora, sin darme cuenta, se ha encendido otra luz. Un Polifemo a voces que me mira a los ojos y no encuentro respuesta a sus desmadejados aspavientos.

Se detiene ante mí. Señala con el índice la mitad de su frente. Los círculos concéntricos que nacen de ese impacto agigantan sus diámetros. Huyen hacia los bordes. En la circunferencia de esa orilla, una tras otra, van a morir las olas de su lágrima.

Por fin lo reconozco. Este es el útero que fabrica las sombras en las gotas de agua, el que enjaula las luces en la sutil membrana que separa del aire a esas gotas de agua.
Por fin me reconoce. Sobre el mercurio de su cristalino mis ojos ven mis ojos reflejándose. Ven la expresión de asombro en la mirada inocente de un perro atropellado.

De «Los círculos concéntricos»

Volvo inventa un sistema para evitar atropellos. Será estrenado en la próxima generación del S60, berlina que llegará en 2010

Ahora
El momento es ahora.
Este instante sin futuro en el que escribo ahora es el tiempo en el que tú lees ahora es cómo pienso en que voy a contarte que cruza un semáforo un invidente ahora es cada uno de los tic tic tic tic de su bastón contra la acera ahora puede ser esa luz roja que cambia ahora es verde ahora un vendedor de la ONCE se aproxima a una calle ahora está distraído pensando en otro ahora

Ahora

Todo ocurre ahora los coches aceleran se adelantan dentro de un mismo ahora un pájaro come los trozos de pan que alguien le tira ahora cada segmento del espacio recorrido por ese pan que cae es un ahora dos adolescentes caminan de la mano y cada movimiento de sus pies marca un ahora al volante de un vehículo un hombre viejo fuma y echa el humo con un gesto de hastío ahora por la ventanilla abierta el humo se disgrega ahora no ve el semáforo ahora no ve al ciego ni el pájaro ni a los adolescentes ahora yo veo este lapso de ahoras que parecen detenidos ahora el ciego cruza la calle un año antes ahora no puedo avisarlo de que espere ahora va a ser su último ahora antes de que todo vuelva a ser otra vez antes.
Madrid, año 2009

De «Flores en la cuneta»

Con una línea el mundo se divide.
Es condición del hombre limitar: las jaulas, las macetas, las ciudades. Reducir la existencia a bien medidos puntos cardinales que en sí mismos no tienen dimensión.
Hay sueños parcelados en vidas troceadas y el hombre continúa levantando los muros que me cercan.
Mi vida es un constante vivir en los fragmentos de un tiempo que, aunque existe, ya no me necesita.
Sé que soy un extraño entre vosotros. Yo -que sólo deseo gozar la mansedumbre de los días esperando que el gallo anuncie el fin, sin horas, sin peldaños, sin fronteras- veo que el sol desciende
Sobre el único, ya, horizonte en que creo.
Con una línea el mundo se une.

De «Hay un ciego bailando en el andén»

 

 

 

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