Biografía
Javier Cano nace en Jaén en 1973, ciudad en cuya universidad realiza estudios de Historia del Arte. En 1999 obtiene el premio de poesía «Andalucía Joven» por su libro Los labios leídos (Madrid, Huerga y Fierro, 2000), un accésit del premio «Adonais», en 2001, por Lugares para un exilio (Madrid, Rialp, 2002), el premio «Loewe» en 2003 por su poemario El idioma de Adán (Madrid, Visor, 2004) y el «Premio Internacional Antonio Machado en Baeza» de 2013 por Tu luz diaria (Madrid, Hiperión, 2012) . Figura, entre otras, en las antologías 21 de últimas: conversaciones con poetas andaluces; Sexta antología de Adonais; De punta a cabo: Jaén, antología poética; Cima de olvido (Huelva, 2007) o Poesía viva de Andalucía (Guadalajara, México, 2007), así como en el Diccionario de Literatura Española Espasa.
Obra
POESÍA
Un pozo de memoria acumulada (1995).
Inventario medido, 1992-1995 (1996).
Los labios leídos (2000).
Como si nada… (2001).
21 de últimas: conversaciones con poetas andaluces (2001).
Lugares para un exilio (2002).
El idioma de Adán (2004).
Sexta antología de Adonais (2004).
De punta a cabo (2004).
Jaén: cima de olvido (2006).
Poesía viva de Andalucía (2007).
Tu luz diaria (2012).
Premios
1999: Premio Andalucía Joven de poesía por Los labios leídos.
2001: Accésit del premio Adonais por Lugares para un exilio.
2002: Premio Vicente Aleixandre por el poema Después de haber llovido.
2003: Premio internacional Fundación Loewe a la creación joven por El idioma de Adán.
2013: Premio Internacional Antonio Machado en Baeza por Tu luz diaria.
Poética
Poesía como arte capaz de una aproximación a los territorios que limitan con la claridad y el misterio, a esos lugares confusos en los que la luz y la sombra conviven como reflejos comunes de un enigma distinto. Poesía como idioma de lo oscuro, de lo que no vemos, única traductora de todo lo que, únicamente, puede callarse con la palabra. Poesía -según el maestro Hierro- «con la que ir diciendo todo aquello que no se puede decir». Poesía como fe, como herramienta de conocimiento íntimo. Poesía como revelación de una realidad paralela o contraria, pero existente de intangible. «La palabra en el tiempo», de Machado, o «la experiencia extrema del lenguaje», que dijera Valente. Poesía como comunicación, como noticia trascendida desde los escombros del silencio. Poesía de lo lejano, pero también de la canción diaria, de la música mínima que inunda las ciudades. Poesía de lo próximo, del milagro constante y sus escándalos, de los orígenes y sus cataratas. Poesía desnuda, «pura y vestida de inocencia» para Juan Ramón, pero poesía para el pensamiento, para el temblor sentimental y el destello imprevisto. Poesía como tabla de salvación del náufrago cotidiano que somos, como palacio entreabierto para el cansancio original de ser.
(De Cima de olvido. Antología poética, Huelva, Diputación Provincial, 2007 pp. 33-34).
Texto
CASA EN RUINAS
Una casa cualquiera de una calle cualquiera
Puede ser simplemente
Lo que nos queda en pie sobre el escombro
Que va cayéndose de la mirada.
Puede ser el lugar para un exilio
Voluntario o, quién sabe,
La única redención, la única sombra
De una tarde sin sombra ni crepúsculo.
No hay más que abrir la puerta que da al barro,
Las cortinas gastadas por lo oscuro.
No hay más que ir escogiendo, como niños,
Los cuartos que se asoman al jardín,
Al exhausto silencio de los pájaros.
Una casa cualquiera que empezara
Bajo los muros que la sostuvieron
(algo así como el hombre que comienza
Su materia, su herida de algún día
Bajo las ruinas de la propia sangre).
Una casa sin número, tal vez,
Como un río sin nombre en la otra orilla
Del mundo.
Yo he aprendido, con el tiempo,
A distinguir las huellas de las manos
En los cristales rotos, el peso de los cuerpos
En las paredes, la última palabra
Que alguien dejó en la mesa como el polvo
De un eco, igual que el polvo
De un sueño antiguo encima de los párpados.
(De Lugares para un exilio, Madrid, Rialp, 2002).
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