CAMPOS PÁMPANO, Ángel

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CAMPOS PÁMPANO, Ángel

Biografía

 

Nació en 1957 en San Vicente de Alcántara (Badajoz). Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Salamanca, fue profesor del Instituto Español Giner de los Ríos en Lisboa. Desde la publicación de La ciudad blanca Ángel Campos apareció como uno de los autores más singulares de la poesía contemporánea en español, con textos en los que la crítica destacó la intensidad de su lectura del espacio, la calidad de sus poemas en prosa y la progresiva simplificación y austeridad expresiva.
Junto a su obra poética es reconocido como uno de los más importantes traductores españoles de la literatura portuguesa del siglo XX, de la que vertió al castellano obras de autores tan destacados como Fernando Pessoa, Carlos de Oliveira, António Ramos Rosa, Eugénio de Andrade y Sophia de Mello, entre otros. Fue fundador y director de las revistas hispano portuguesas Espacio/Espaço escrito y Hablar/Falar de Poesía.
Presidió la Asociación de Escritores Extremeños. En 1992 fundó el Aula de Poesía Enrique Díez-Canedo de Badajoz -que dirigió hasta el año 2002- bajo el patrocinio de esta misma asociación, una singular iniciativa por la que pasan multitud de autores (entre otros, A. Gamoneda, J. A. Valente, Claudio Rodríguez o Ángel González), que combina los encuentros didácticos con alumnos de institutos y las lecturas abiertas al público. Falleció en Badajoz el 25 de noviembre de 2008.

 

 

Obra

 

POESÍA
Materia del olvido (1986).
La ciudad blanca (1988).
Caligrafías (1989). En colaboración con el pintor Javier Fernández de Molina.
Siquiera este refugio (1993).
Como el color azul de las vocales (1993).
De Ángela (1994).
La voz en espiral (1998).
El cielo casi (1999).
El cielo sobre Berlín (1999). Con serigrafías de Luis Costillo.
Jola (2004). Edición bilingüe, con traducción al portugués de Ruy Ventura y fotografías de Antonio Covarsí.
La semilla en la nieve (2004).
La vida de otro modo (2008). Obra completa.
Cercano a lo que importa. Antología poética (2012).

Entre otras antologías, su obra ha sido incluida en Las ínsulas extrañas. Antología de poesía en lengua española (1950-2000), al cuidado de J. A. Valente, Andrés Sánchez Robayna, Blanca Varela y Eduardo Milán y en Campo Abierto (antología del poema en prosa en España a cargo de Marta Agudo y Carlos Jimenez Arribas.

TRADUCCIÓN

Fernando Pessoa, Odas/Odes de Ricardo Reis ( 1980).
Antonio Ramos Rosa, Ciclo del caballo (1985).
Mario Neves, La Matanza de Badajoz (1986).
Carlos de Oliveira, Micropaisaje (1987).
Fernando Pessoa, El marinero ; En la floresta del enajenamiento (1988).
Eugénio de Andrade, El otro nombre de la tierra (1989).
Antonio Ramos Rosa, Tres lecciones materiales (1990).
Adolfo A. Ruy de Moura Belo, País posible (1991).
Al Berto, Una existencia de papel (1992).
José Saramago, El año de 1993 (1996).
Mário de Sá-Carneiro, La confesión de Lucio (1996).
Fernando Pessoa, Odas de Ricardo Reis (1998).
Fernando Pessoa, Poesías completas de Alberto Caeiro (1997).
Fernando Pessoa, Odas de Ricardo Reis (1999).
Eugénio de Andrade, La sal de la lengua (1999).
Fernando Pessoa, Un corazón de nadie : antología poética (1913-1935) (2001 y 2004).
Eugénio de Andrade, Todo el oro del día (2004).
Eugénio de Andrade, Materia solar y otros libros : obra selecta (1980-2002) (2004).
Sofia de Melo Breyner Andresen, Nocturno mediodía : antología poética (1944-2001) (2004).
José Saramago, Poesía completa (2005).

ANTOLOGÍAS

Junto a Álvaro Valverde editó Abierto al aire. Antología consultada poetas extremeños (1971-1984) (1985).
Es el responsable de Los nombres del mar. Poesía portuguesa 1974-1984 (1985).

 

 

Premios

2005: Premio Extremadura a la Creación  por su libro La semilla en la nieve.
2008: Premio Eduardo Lourenço de Guarda (Portugal).

 

Poética

 

A veces sólo un gesto es suficiente
para salvar el día.
Y escribir tal vez es ese gesto
que prolonga el latido de los pulsos
hasta la sed secreta de los párpados.
Escribir tal vez sea extraviarse en el canto
más oscuro en la memoria extrema
de la noche adentro donde el hombre
ignora su derrota las formas del cansancio
el cuerpo del amor que ya no reconoce.
Escribir tal vez sea comparecer ante los otros
con los ojos más limpios, indefenso,
y vacías las manos sin dispersar la voz,
respirar con sosiego bajo el agua.
No hay otro modo de mirar las cosas
sin perderlas del todo.

 

 

Texto

 

El azar de las calles: una oculta pasión, misteriosa y difícil. Huele a limpio el verano entre la ropa tendida. El esfuerzo húmedo del aire contra el cielo es una transparencia, la quietud admirable de un enigma que no descifro, queme puede. En medio de las calles, el bullicio lento de los tranvías que atraviesan la ciudad se desvanece. En las aceras, la mansedumbre y la tristeza de las gentes que pasan, el sosiego secreto de sus cuitas, el silencio solo… Si te llegas aquí, a estas calles, el tiempo es otro, insondable, más leve, menos torpe.

(De La ciudad blanca)

 

LA DIGNIDAD

mientras pueda pensarte
no habrá olvido

todavía si llamas
acudo a ti
fluyo desde mi mano
a la mano que tiendes desvalida
y entro en tu abrazo
con el temor que engendra el miedo

pero voy en tu busca
acudo a ti ofreciéndome
como animal sediento
que hociquea en el barro

acudo a ti
asciendo a tu respiración
fragmentado rumor que es puro abismo
surco abierto en la roca
cauce seco

que oculta el agua
la misma que ahora yo
acerco hasta los labios agrietados
por mitigar apenas
la fiebre que humedece
la nítida blancura de las sábanas

acudo a ti
a tu recogimiento
a la untura que calma tus rodillas
a la pausa limpia de la voz
tuya
entrecortada
por ver si lo que un día dijiste
podrá ser dicho
de nuevo con la misma dignidad

porque tú bien lo sabes
hay palabras
que duran mucho más que la caída

por eso hoy acudo a ti
a la tibieza de tu sangre
a la tersa piel que cubre tus piernas
acudo a ti
a la nada
retenido el aliento
de tu voz que me habla
hasta hacerse en mí
cierta

la palabra que dura
legible en su mudez
suspendida en los labios
y escribir con ella
mi biografía

sé que mientras pueda decirte
no habrá olvido
que del espacio de tu nombre
ha de brotar
abiertas sus dos sílabas
la semilla en la nieve

(De La semilla en la nieve)

 

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