BOUZA, Antonio L.

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BOUZA, Antonio L.

Biografía

Nombre literario de Manuel Bouza Balbás (1934-2020). Escritor (poesía, ensayo, biografía, teatro, narrativa) y Crítico Literario de la Asociación Española y de Arte; de las Asociaciones: Castellano-Leonesa, Española e Internacional.
Nace en Venta de Baños (Palencia) y Reside en Madrid, Barcelona, Galicia y Palencia. Tras los estudios, se afinca en Burgos desde 1959.
Cursa la carrera Militar en Zaragoza (Academia General Militar) y Valladolid (Academia Especial de Caballería), y ejerce la profesión hasta 1979, en que decide abandonarla para dedicarse en exclusiva a la literatura y el arte.
Colabora con artículos de actualidad y comentarios de pensamiento, literatura y arte en Diarios y Revistas de España y otros países. Conferencias acerca de la expresión literaria y sobre arte. Lecturas, recitales, performances, etc.
En 1969 funda la revista poética de vanguardia «ARTESA» y también participa como poeta experimental (grafismos, dibujos y collages, principalmente) en diversas exposiciones de carácter internacional. A través de la revista «Artesa» entra en relación con escritores de diversas nacionalidades, manteniendo especial relación con los de Hispanoamérica; y con hispanistas de la República Checa (entonces Checoslovaquia).
Promotor de diversos actos culturales. Fundador de premios literarios y de arte. Editor de libros y autor de un Vídeo de historia y arte. Se recoge su obra en Antologías nacionales y extranjeras, y tiene obra traducida a varios idiomas.

 

 

Obra

 

NARRATIVA

Barva casu (El color del tiempo), publicado únicamente en lengua checa. Hizo la versión al checo, desde el inédito en castellano, el profesor Miloslav Ulicný. Praga 1995.

POESÍA

Dios de muertos (1970).
Luzbel se refugió en mi verso y ya no puedo arrancármelo (1971).
Caín muere en la cruz (1974).
Castilla desde mi centauro (1977).
España, libertad de cisne (1978).
Memoria social en la muerte de un hombre (1982).
Doce motivos para un reino (1983).
Hospicio de Sodoma (1989).
Elegías del amor impuro (1990).
Crímenes y orgasmos siderales (1977).
Esplendor y penumbra (2004).
Casi una vida (2010).
Mensajes sin destino (2012).

TEATRO

El tribunal de los ofrecimientos (1975).
Teatro para imaginar (2001).

ENSAYO

Odología poética (1975).
Simón Calvo. Obrero del arte (1981).
El pintor Javier Cortés (1982).
Museo de los condestables de Castilla (1984).
Burgos, cincuenta años de poesía. 1936-1986 (1989).
El Ex libris. Tratado general. Su historia en la Corona Española (1990)
El pintor Emilio García Moreda o la bohemia indómita (1990).
Modesto Ciruelos (1993).
Andrés García Prieto, de profesión pintor (1994).
El pensamiento griego (1994).
Antolín Palomino o el libro de arte (1996).
Fortunato Julián, un compendio de artes (1996).
Maese Calvo. Orfebre universal (1999).
Ocho artistas burgaleses (2003).
El rey y yo: historia de una amistad con Juan Carlos I (2007).
La revista Artesa: una aventura de vanguardia: Burgos 1969-1985 (2010).
Artesa: cuadernos de poesía (2012).

COLABORACIÓN EN ANTOLOGÍAS POÉTICAS

Cinco miradas (2009).

 

Premios

Poética

 

Por uno u otro motivo, lo cierto es que hemos tenido que escribir una poética (aun llamándolo/ titulándolo con otro nombre) cada varios años. Y no siempre han resultado coincidentes los enunciados y criterios. En función, supongo, de nuestra propia poesía en esas épocas, y de lo que estuviese siendo ensalzado entonces por la oficialidad y signo que fuesen.
Así, a comienzos de los años setenta de mil novecientos, íbamos contra, por ejemplo, los juegos (fuegos, deseábamos nosotros) florales y sus consiguientes lamidos en rimas sin concepto ni, lo que parece aún peor, verdadero sentimiento. Como desde luego que, en general, sin un claro sentido. Pero poco a poco fuimos también poniendo en tela de juicio (¿un vestido para la cordura?) no poco del prosaísmo huero en sí o con también ribetes propagandísticos, practicado por poetas siguientes en el favor más o menos del poder.
Aunque a la vez, propugnásemos lo verdaderamente constructivo. Así, en la revista francesa «Cahiers de poétique et de poésie ibero américaine» nº 5 (enero de 1978, Universidad de Paris X), escribíamos a tales efectos: «Creemos que el papel esencial de una vanguardia honesta consiste en sobreponerse a su tiempo; bien porque se haya alcanzado un cénit, bien porque se esté sufriendo un período de mediocridad aun brillante. Y considerando el poema el libro de poemas) como un edificio, habrá que determinar cuales son los elementos estructurales y cuales los de ornamento. Por lo que deberá existir en la poesía, algún factor/ módulo expresivo superior incluso, en economía y eficacia expresivas, a la palabra; algo así como el signo. Y que lo signo-simbólico, revista el esquema estructural
Cuando en el decenio final de siglo y milenio, pensábamos que, con la absoluta libertad se consolidarían algunas excelentes maneras de plasmar el ¿sentimiento? poético, hubo todavía divisiones, a veces con apariencia de irreductibles: que si «de la experiencia», que si «de línea clara», que si » experimental»…Una aparente confusión en ocasiones, pero que ha ido despejando el panorama, de manera que, por de pronto, en la poesía convencional aunque moderna (o viceversa) se puede advertir claramente la calidad del poema, tanto por la digamos inspiración intrínseca como por el conocimiento de la forma. Y en lo experimental (visual o no) se distingue lo integralmente evolucionado, de lo meramente repetitivo; por muy proteicamente mimético que sea el ejecutante. Esta es nuestra opinión sobre la poesía de comienzos del siglo veintiuno, incluyendo en ese juicio sin sentencia, nuestro propio quehacer.

 

 

Texto

 

MEMORIA SOCIAL EN LA MUERTE DE UN HOMBRE (1982)

Yo no te hubiese cerrado la mirada
– – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – – –
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Yo no hubiese cerrado
tu mirada
no hubiera nublado el cristal
con ese visillo muerto de
la palpebral rutina.
Los hubiese dejado bien abiertos
como pozos de luz
cuyo brocal es el cruel
reclamo que acoge la vida.
No te hubiese enterrado
en la oficial colmena
ni bajado te hubiese
del nivel tangencial del horizonte
donde se despide el silencio.

Ángeles varoniles
te habrían transportado hasta
la gloria, sellando con niebla
la íntima estancia de tu cuerpo.
Te esperaré mirando
el temblor de los árboles
o una luz olvidada junto a un río.
La resurrección es un sueño
que puede terminar.

 

 

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