BONILLA, Juan

Inicio/BONILLA, Juan

BONILLA, Juan

Biografía

Juan Bonilla Gago nació en Jerez de la Frontera, Cádiz, en 1966. Se licenció en Periodismo y ha colaborado habitualmente en periódicos, revistas de información general y en revistas literarias, como, por ejemplo, Fin de siglo, Clarín o Renacimiento. Fue reportero del diario El Mundo con su columna «Las afueras». Viajero incansable, huye siempre que puede del frío.
Ha traducido a A. E. Housman, al genial J. M. Coetzee, a E. A. Poe, a J. Conrad… Ha tenido una beca para vivir en Roma y otra para vivir en Nueva York. Es ganador de varios premios.

 

Obra

NARRATIVA

El que apaga la luz (1994). Relatos.
Yo soy, yo eres, yo es (1995; 1999; 2004). Novela corta.
Nadie conoce a nadie (1996).
La compañía de los solitarios (1998). Relatos.
Cansados de estar muertos (1998).
La noche del Skylab (2000). Relatos.
Los príncipes nubios (2003).
El estadio de mármol (2005). Relatos.
Je me souviens (2005).
Basado en hechos reales (2006).
Tanta gente sola (2009).
Una manada de ñus (2013).
Prohibido entrar sin pantalones (2013).
Totalidad sexual del cosmos (2019).
Nadie contra nadie (2020).
El mejor escritor de su generación (2021).

 

POESÍA

Partes de guerra (1994).
Multiplícate por cero (1996).
El Belvedere (2002).
Buzón vacío (2006).
Defensa personal (2009).
Cháchara (2010).
Hecho en falta. Poesía reunida (2014).
Poemas pequeñoburgueses (2016).
Horizonte de sucesos (2021).

 

 

ENSAYO

Artículos periodísticos:
Veinticinco años de éxitos (1993).
El arte del yo-yo (1996). Incluye los textos de Veinticinco años de éxitos.
La holandesa errante (1998).
Academia Zaratustra (1999).
Teatro de variedades (2002).
La plaza del mundo (2008).
La Costa del Sol en la hora pop (2007).
El tiempo es un sueño Pop: Vida y obra de Terenci Moix (2012).
Catálogo de libros excesivos, raros o peligrosos (2012).
Biblioteca en llamas (2016).
La novela del buscador de libros (2018).
Teatro de variedades (2022), edición revisada.

 

 

TRADUCCIÓN

Joseph Conrad, Tifón (2000).
J.M. Coetzee, Infancia, escenas de una vida de provincias (2001).
A. E. Housman, 50 poemas (2006).
David Fisher, El mago de la guerra (2007).
Dennis Cooper, Chaperos (2007).
Edward Abbey, La Banda de la Tenaza (2012).
Graham Greene, En tierra de nadie (2012).
Edward Abbey, El vaquero indomable (2013).
Edward Abbey, Hayduke vive (2014).
Alberto Hidalgo, Diario de mi sentimiento (2020).

 

OBRAS TRADUCIDAS

Nessuno conosce nessuno (Milán, 1997).
Niemand kent niemand (Utrech, 1998).
Chispegne la luce (Milán, 1999).
Io sono, io sei, io è (Milán, 2002).
Der nubische Prinz (Hamburg, 2003).
Six Stories (Tarragona, 2004).

 

Premios

1992: Premio Luis Cernuda de Poemas por Partes de guerra.
1993: Premio La Nación de Relatos.
1999: Premio NH de Relatos.
2003: Premio Biblioteca Breve por Los príncipes nubios.
2009: Premio Mario Vargas Llosa.
2009: Premio Literario de los Jóvenes Europeos por Los príncipes nubios.
2012: Premio Gaziel de biografías y memorias.
2014: Premio Bienal de Novela Mario Vargas Llosa por Prohibido entrar sin pantalones.
2020: Premio Nacional de Narrativa por Totalidad sexual del cosmos.

 

Poética

– «[…] Un libro es una conversación. La conversación es un arte educado, y las conversaciones bien educadas evitan los monólogos muy largos, y por eso las novelas vienen a ser abusos del trato con los demás.» Quiero añadir ahora otra cita. Es de David Mamet. En su libro Sobre la dirección de películas dice: «Lo primero que ha de preguntar un director es dónde pongo la cámara.» Yo creo que eso es también lo primero que ha de resolver un escritor: el lugar que ha de ocupar, el lugar desde donde va a mirar la realidad, el mundo, su propia vida.»
(De «Hall», en El arte del yo-yo, Valencia, Pre-Textos, 1996, p. 12).

– «[…] en una novela no hay nada de todo lo que hay en la realidad porque sólo hay, estrictamente, aquello que el autor pone. Nada es causa ni efecto de nada que no haya surgido de la deliberada y explícita voluntad del autor, de ahí que los novelistas que aseguran que los personajes cobran vida propia una vez iniciada la ficción o mienten como bellacos o se equivocan como ingenuos.»
(De «El miedo a la ficción», en Teatro de variedades, Sevilla, Renacimiento, 2002, pp. 182-183).

– «Ser poeta es mi manera de estar solo, creo que dijo Pessoa. Contrariamente, creo que ser periodista es mi manera de sentirme acompañado. Para mí el periodismo ha sido siempre un género narrativo, quiero decir, que me gusta practicarlo, que si me siento cómodo dentro de unas reglas que lo rigen -extensión estricta, atención a los asuntos de actualidad…- es porque me parece que esas reglas no contradicen los presupuestos narrativos que uno desea poner en juego.»
(De «Epílogo», en La holandesa errante, Ediciones Nobel, Oviedo, 1998, p. 176).

– «Dificultades del escritor andaluz» A Quin Monzó

Todavía hay quien se queja de que para que le hagan caso a lo que escribe hay que subir a Madrid. Escribir en Andalucía, dicen algunos escritores andaluces, sigue siendo llorar. El escritor andaluz se encuentra con una serie de dificultades ajenas a las propias dificultades que devienen del propio hecho de escribir, que en muchas ocasiones atrofian e impiden dedicarse de lleno a la Literatura, como al parecer hacen los de Madrid.
A mí, al principio de conocer tales quejas, me dio una especie de risa: pobres diablos, me dije, quejarse a estas alturas para justificar su propia mediocridad. Puse el ejemplo de Muñoz Molina, cotizado, famoso y célebre, sin dejar de vivir en Granada. Pero después me puse a pensar y me cercioré de que, en efecto, el escritor andaluz se encuentra con una serie de obstáculos insuperables que dan al traste con su vocación de escritor, haciéndonos perder en muchos casos auténticos genios con que aumentar la ya extensa nómina de geniales escritores andaluces (ahora no me acuerdo de ninguno, pero seguro que los hay).
Detallaré alguno de esos obstáculos que se le imponen a los escritores andaluces para hacerles más difícil el ejercicio de la Literatura. Por ejemplo, supongamos que nuestro escritor andaluz tiene la costumbre de escribir sus obras con bolígrafo. VIve en Utrera. Es domingo por la tarde. Se le acaba de ocurrir una idea genial para un cuento. Busca bolígrafo y papel y los encuentra. Pero al apoyar el bolígrafo sobre el papel se da cuenta de que no tiene tinta. Le da aliento a la punta, pero sigue sin tintar. Lo frota una y mil veces, pero nada. Está claro que el escritor andaluz tiene ahí un obstáculo insuperable para ejercer el arte de la literatura, y lo más seguro es que al día siguiente, cuando pueda ir a la tienda a por un bolígrado, ya no tendrá ganas de ponerse a escribir aquel cuento, y lo que escriba sea un artículo encendido quejándose de que en Andalucía, aún, escribir es llorar.
[…]
La única solución es irse a Madrid, porque allí no se escribe ni con bolígrafo, ni con ordenador, ni con lápiz, ni con máquina de escribir. Allí ni siquiera hace falta escribir. Allí se dicta a una secretaria. Eso también se puede hacer en Andalucía, me dirán. Sí: pero ¿y si la grabadora no graba, o la secretaria confunde nuestras palabras? No, en Andalucía es muy difícil escribir. Los escritores andaluces se encuentran con menos dificultades, se les quitan las ganas de decepciones y fraudes.
Es verdad, tienen razón los que se quejan de que para que les hagan caso a sus obras maestras tienen que irse a Madrid.
A ver si se animan de veras, y se deciden a marcharse de una vez.
(De El arte del yo-yo, Valencia, Pre-Textos, 1996, pp. 161-164).

 

Texto

YO SOY, YO ERES, YO ES (1995)

Querida Andrea: he escrito esta fábula, no sé por qué. Dímelo tú que sabes interpretar con tanta eficacia los textos, que adivinas sombras en las páginas más claras y desentrañas la oscuridad de las líneas más difíciles volviéndolas nítidas. Tal vez lo que yo quería decirte podría haberlo expresado con unas cuantas sílabas, tan repetidas, tan agotadas ya por las canciones horteras y los poetas adolescentes, que no me parecían las adecuadas para enviártelas. Tú siempre dices que el camino más largo entre dos puntos suele ser el verdadero. Ahí va la fábula. Por favor, dime algo.

FÁBULA DEL RATÓN Y LA JIRAFA

Las jirafas tienen el cerebro a tres metros del corazón. Separan los sentimientos de los pensamientos por razones de altura. Los ratones, sin embargo, son pequeñitos y escurridizos. Tienen el corazón y la cabeza tan cerca, tan cerca, que es difícil distinguirlos. Los ratones nunca saben si piensan lo que sienten o sienten lo que piensan, pero no se interesan por las ecuaciones. Aparecen y desaparecen por arte de magia y de sangre que nunca se sabe dónde está. Arriba o abajo. En el latido o en el calambrillo exacto de alguna neurona loca. Allí encierran paisajes azules como los bosques que hay al norte de esta isla y que todos olvidamos en nuestras vidas de jirafas cuellilargas y pensantes. El corazón de las jirafas pesa doce kilos y medio BOM BOM BOM. Pero los ratones tienen corazones ligeros tictac tictac para que no les pese ir de un sitio para otro apresuradamente, ni bombear las emociones tan rápido que se escapen siempre de las razones y la sensatez. El cerebro de las jirafas se siente tan solo que ha olvidado ordenar sonrisas. Pero el ratón sonríe porque se sabe siempre tan acompañado por un latido levadizo que le lleva de la mano al recuerdo de los bosques de los que procede. Y por eso no tiene que agachar la cabeza para acercársela al corazón.

(De Yo soy, yo eres, yo es, Barcelona, Seix Barral, 2004, pp. 48-50).

DENOMINACIÓN DE ORIGEN: EXTRANJERO

La patria es estar lejos de la patria,
una nostalgia de la infancia en noches
en que te sientes viejo, una nostalgia
que sube a tu garganta como el agrio
sabor del vino en las resacas duras.

La patria es un estado, pero de ánimo;
un viejo invernadero de pasiones.
La patria es la familia, ese lugar
en el que dan paella los domingos.

Una patria es la lengua en la que sueñas,
y el patio del colegio donde un día
bajo una lámina de cielo oscuro
decidiste escapar por vez primera.

Mi patria está en el cuerpo de Patricia,
mi himno es su gemido, mi bandera
su desnudez de doce de la noche
a ocho de la mañana, tras la ducha
mi patria va al trabajo, yo me exilio.

(De Partes de guerra, Valencia, Pre-Textos, 1994).

 

Subir