BENÍTEZ REYES, Felipe

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BENÍTEZ REYES, Felipe

Biografía

Felipe Benítez Reyes nació en Rota (Cádiz) en 1960. Narrador brillante, ingenioso ensayista y uno de los poetas más relevantes de su generación. Ha cultivado, además, el artículo de opinión, participando habitualmente en distintos medios culturales. Sus libros han sido distinguidos con numerosos premios: Nacional de Literatura, Nacional de la Crítica, Ciudad de Melilla, Ojo Crítico, Ateneo de Sevilla, Nadal, Tiflos… Tanto sus novelas como sus poemas han sido traducidos a diversos idiomas y él mismo ha sido traductor de la poesía de T.S. Eliot y de Nabokov. Finalmente, ha dirigido las revistas Renacimiento y Fin de Siglo.

 

Obra

NARRATIVA

Chistera de duende (1991).
Tratándose de ustedes (1992).
Un mundo peligroso (1994). Relatos.
La propiedad del paraíso (1995).
Humo (1995).
Impares, fila 13 (1996). En colaboración con L. García Montero.
Maneras de perder (1997). Relatos.
El novio del mundo (1998).
Lo que viene después de lo peor (1998). Narrativa juvenil.
El pensamiento de los monstruos (2002).
Don Quijote y Don Juan, muñecos místicos (2005).
Los libros errantes (2006). Literatura infantil.
Marcado de espejismos (2007.)
Oficios estelares (2009).
Cada cual y lo extraño (2013).
El azar y viceversa (2016).
Por regiones fingidas (2020).
La conspiración de los conspiranoicos (2020).
La propiedad del paraíso (2022).

 

POESÍA

Paraíso manuscrito (1982).
Los vanos mundos (1985).
Las malas compañías (1988).
Pruebas de autor (1989).
Poesía 1979-1987 (1992).
Sombras particulares (1992).
Vidas improbables (1995).
Paraísos y mundos (Poesía reunida) (1996).
El equipaje abierto (1996).
Escaparate de venenos (2000).
Trama de niebla (2003). Recopilación de su obra poética.
Diez vernissages (2005).
La misma luna (2006).
Las respuestas retóricas (2011).
Las identidades (2012).
Ya la sombra (2018).
Un mentido color (2021).

 

TEATRO

Los astrólogos errantes : leyenda en verso en tres actos (2005).

 

ENSAYO

El intruso honorífico (2019).

 

OTROS

Rafael de Paula (1987). Escritos taurinos.
Bazar de ingenios (1991).
La maleta del náufrago (1997).
Gente del siglo (1997).
Palco de sombra (1997). Escritos taurinos.
Cuaderno de ruta de Ronda (1999).
El ocaso y el oriente (2000).
T. S. Eliot, Prufrock y otras observaciones (2000). Traducción y notas.
Papel de envoltorio (2001). Artículos de prensa.
Colabora en el catálogo de pintura Imágenes del agua (2006) de Félix de Cárdenas y Carmen Laffón.
Antonio Machado y Manuel Machado Antología poética (2007). Editor literario.

 

OBRAS TRADUCIDAS

Fumée, Quai Voltaire (París, 1999).
Al peggio non c`é mai fine (Milán, 2001).
In via del tutto eccezionale (Roma, 2002).
Lo sposo del mondo (Roma, 2004).

Premios

1992: Premio Fundación Loewe por Sombras particulares.
1994: Premio Internacional de Poesía Ciudad de Melilla por Vidas improbables.
1995: Premio Nacional de Literatura por Vidas improbables.
1995: Premio Nacional de la Crítica por Vidas improbables.
1995: Premio Ateneo de Sevilla de Novela por Humo.
1996: Premio Nacional de Poesía, por Vidas improbables.
1997: Medalla de Andalucía a su carrera literaria.
1997: Premio Luis Cernuda.
2007: Premio Nadal, por Mercado de espejismos.
2017: Premio Tiflos de Literatura de la ONCE por Ya la sombra.
2019: Premio Manuel Alvar de Estudios Humanísticos por El intruso honorífico.

Poética

– «POEMA: Dícese en los medios de comunicación de aquellos rostros que muestran un estado lamentable por causas psicológicas relacionadas con el mundo del deporte: «Tras el gol, la cara del portero era todo un poema». (No suele utilizarse en sentido contrario: «Aquel poema parecía la cara de un portero tras un gol».)
POESÍA: 1. Suma de renglones más cortos de lo normal en que cada palabra tiene que hacer un esfuerzo al menos dos veces superior al acostumbrado por la mitad de precio. 2. Actividad artística poco de fiar como medio de información, según Virginia Wolf.»
(En «Prontuario provisional de términos literarios para uso escolar o extraterrestre», Litoral, 229-230 (2001), pp. 43-44).

– «Ojalá me equivoque, pero no creo que ningún domador de fieras, pongamos por caso, se pregunte el porqué profundo de su oficio; ni siquiera tal vez un abogado lo haga, no sé yo: las labores sin porqué (¿cuántas lo tienen?) no suelen admitir interrogantes, se sienten injustamente cautivas entre los signos de interrogación, se rebelan al análisis y a la exégesis, quizá porque las mueve un instinto selvático de supervivencia que se satisface en la acción misma, no en la razón de sus acciones.»
(En «Un castillo confortable», Litoral, 229-230 (2001), p. 13).

– «Según nos ilustra con obstinada frecuencia la historia de la poesía, un poema no consiste tanto en una impresionante exhibición de palabras como en una sucesión de palabras invisibles, como invisible suele ser el estilo: un artefacto transparente en que no se advierte la manufactura ni el ruido de su mecanismo. Porque los buenos poemas, como los buenos relojes, parecen carecer de tictac… a menos que nos los acerquemos al oído. A menos, en fin, que analicemos concienzudamente su funcionamiento, destripando un reloj o desmenuzando unos versos, tanto da. De ese modo aparecerá al desnudo el entramado técnico: el lado de artificio, de truco, de habilidad. Pero la verdadera poesía que puede contener un poema no respeta necesariamente una proporción directa con la mayor o menor complejidad de su entramado técnico, sino con la capacidad de funcionamiento de ese entramado técnico. (Lo cual implica, entre otras cosas, que tan complejo y emocionante pueda ser el más gongorino de los poemas de Góngora como una traducción de carta mano de un poemilla de Li Po).»
(En «La dificultad de la poesía», Paraísos y mundos, Madrid, Hiperión, 1996, p. 28).

– «El día debe de estar lejano, y tal vez no llegue nunca, pero sería saludable que se comenzase a considerar la práctica de la poesía no como el desahogo sentimental de personas enamoradizas o como la salida vocacional de sensibilidades pintureras, sino como lo que realmente es o puede llegar a ser: un ejercicio de la inteligencia.»
(En «La dama en su nube», Paraísos y mundos, Madrid, Hiperión, 1996, p. 18).

 

Texto

VALOR DEL PASADO (1988-1991)

Hay algo de inexacto en los recuerdos:
una línea difusa que es de sombra,
de error favorecido.
Y si la vida
en algo está cifrada
es en esos recuerdos
precisamente desvaídos,
quizá remodelados por el tiempo
con un arte que implica ficción, pues verdadera
no puede ser la vida recordada.
Y sin embargo
a ese engaño debemos lo que al fin
será la vida cierta, y a ese engaño
debemos ya lo mismo que a la vida.

(De Sombras particulares, Madrid, Visor, 1992).

LA HERIDA, EL DOLOR (1996-1999)

El dolor que precede a las heridas,
igual que al trueno el rayo,
es punzante y conciso como un presentimiento.

(Lo ves llegar. Lo hueles. Corta el aire.)

El dolor que sucede a las heridas,
como al trueno la lluvia,
ruge en sus soledades silencioso
y explora cada noche una honda selva
de bestias reflexivas y asustadas.

Las heridas de amor duelen sin fin,
supurantes de odio y petrarquismo,

y el dolor por la urgencia
del tiempo es inmortal,
pues va de mano en mano transmitiéndose
como una copa fría
(Calla y bebe)
de cristal quebradizo y de tormento.

La herida, por su parte, de sabernos efímeros
es un lento suicidio de relojes
que disparan sus flechas sobre sí
y el dolor por la muerte es una barca
mecida en tempestades de agua quieta.

La herida es poca cosa, pero luego
llega siempre el dolor,
su abstracta maquinaria,
para marcar a fuego nuestra vida,

y el humo de ese fuego es lo que somos.

(De Escaparate de venenos, Barcelona, Tusquets, 2000).

 

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