ANDRES DE LA MORENA, Silvano

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ANDRES DE LA MORENA, Silvano

Biografía

 

Silvano Andrés de la Morena (Cuevas de Ayllón, Soria, 1953) cursó sus estudios en el Instituto «Antonio Machado», de Soria, y es Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Barcelona. Después de trabajar durante varios años en los institutos «Santa Catalina», de El Burgo de Osma, «Castilla», de Soria y «Terra Roja», de Santa Coloma de Gramenet, en la actualidad imparte clases en el IES «Ernest Lluch» de Barcelona. Fue miembro activo durante varios años de la Asociación Cultural Soria Edita, que desde 1993 ha logrado consolidar varias colecciones distintas de libros sobre temática diversa, que van de la investigación histórica a la publicación de memorias o antologías literarias, algunos de cuyos libros colectivos coordinó, además de dirigir la colección «Los Cuadernos de la Señora Rufina». Desde hace casi dos décadas, mantiene, los miércoles y los domingos, la columna «Caleidoscopio», del periódico Heraldo de Soria. Asimismo, ha formado parte de varios grupos de trabajo del ICE de la Universitat de Barcelona y ejerce la crítica literaria en diversos medios. Ha dirigido la revista de investigación etnológica local, Granzas de yeros, de Cuevas de Ayllón (Soria).

Obra

POESÍA

Aquietando luz (2001).
Movimiento de traslación (2002).
Cuchillos de mudanza (2004).
Castilla, roca y verbo (2007).
La línea del tiempo (2011).
El aire que se respira (2012).
La Física del Ser (2015).
Poeta en la Covid (2020).
El universo en octosílabos (2021).

 

ANTOLOGÍAS

Cierzo soriano. Poetas para el siglo XXI (2003).
Vida de perros. Poemas perrunos (2007).
Poetas a orillas de Machado (2010).
50 Poetas Contemporáneos de Castilla y León (2011).
¿Me oye, don Antonio?, Revista Turia, número 104, noviembre de 2012.
Cien años de Soria en la poesía (2013).
La herencia de los chopos. Antología de poetas sorianos (2015).
Urbis (2015).
Escritores recónditos (2016).
Las voces de Ariadna (2018).

 

ENSAYO

Construcción poética en el cancionero (amor, ironía y transgresión) (1998).
Cuentos de la tradición oral de Cuevas de Ayllón (2000).
Pervivencias feudales y lucha por la tierra en Cuevas de Ayllón. Siglos XV al XX (2000).
La «Desamortización de Godoy» en Cuevas de Ayllón (2002).
Soria, los márgenes de la palabra (2003).
Soria en el paisaje (Coordinador). Dos volúmenes, I y II. (2005 y 2007).
Dificultades didácticas de El Quijote (2005).
Gramática para estudiantes (2005 y 2006).
De los mundos a la palabra: 55 caleidoscopios (2008).
Ulises Blanco: arte, paisaje y compromiso (2008).
Jaume Medina, l’art de la paraula (tactat de retòrica i poética) (2002).
«Soria, espacio, tiempo y soledad», una introducción a la obra fotográfica de César Sanz, en el libro El ama de Soria (2010).
«Meditando. Soria y Avelino Hernández», en la publicación colectiva, titulada Soria resiliencias (2010).
«Agapito Marazuela, un segoviano para la cultura de Castilla la Vieja», en la también publicación colectiva Segovia, vuelo de agua (2012).
Crónica (parcial) de un lustro de crisis. 2008-2012, Editorial Huerga y Fierro (2013).
El paisaje en Avelino Hernández, presencia y esencia (2013).
El Duero democratizado (2013).
El otoño poético de Avelino (2015).
Literatura, la grandiosa mentira (2015).

 

OTROS

-Ediciones críticas:

Relatos fantásticos (1992).
Trayecto entre azul y rojo: memoria de guerra y postguerra de José Modesto Martínez (2003).
Mi vida en las tierras altas de Soria de Hipólito Lafuente (2003).
El maletín (La luz de la memoria) de Juliana Mediavilla (2004).
Rueda de sucedidos de Raimundo Lozano (2005).
Sorianos en mi recuerdo de José Antonio Pérez-Rioja (2005).
Vida y andanzas de Nemesio de Nemesio García Huerta, (2006).
Codirige la colección Los Cuadernos de la Señora Rufina de la Asociación Cultural «Soria Edita».

-Prólogos a libros de poesía:

Haikús del Jalón, de Antonio de Benito (2004)
Aún nos queda la palabra, de Víctor José Ronda (2005)
Versos satíricos: crítica sostenible del acontecer soriano, de Julio Herrero (2007)
La Guillotina, de Antonio de Benito (2009)
Il cielo minaccia tristezza, de Juan Manuel Lázaro Criado, Editorial Anubis, 2011.
101 un cuentos de nuestro pueblo, VV.AA., Soria, 2011.
Anidando versos (2014).
Pánico bidireccional (2015).

-Investigación histórica:

Medio siglo de radio en Soria. De la estación escuela a RNE (1952-2002) (2002).
Diccionario Geográfico-Estadístico de Soria, 1821-1829, de Sebastián de Miñano y Bedoya (2004).
Dificultades del movimiento obrero en Soria hasta la Guerra Civil (2010).
Cuevas de Ayllon: Historia, tradición, cultura (2020).

Premios

 

 

 

Poética

Cualquier intento de dar una definición excluyente y definitiva de poesía carecerá de sentido. Toda definición será siempre personal, parcial. Prefiero adentrarme antes por las definiciones negativas, aceptando la evidencia de que la poesía no es historia, la poesía no es ciencia, la poesía no es información. Quiero decir que, aunque se enfrente a la misma realidad que otros saberes, su forma de hacerlo es diferente. La poesía puede ser muchas cosas. La poesía puede ser una forma de conocimiento o una búsqueda de sí mismo, pero siempre desde una perspectiva en la que los recursos y los mecanismos de la lengua se someterán a una exigencia máxima de rendimiento significativo, a la búsqueda de un requerimiento estético y a la mayor matización expresiva posible. Y todo ello, siempre desde el centro del sujeto que hace estallar la realidad cotidiana del pensar, del sentir y del vivir. Lo que no significa que al escribir poesía hable exacta e imperativamente de mí, aunque sí siempre desde mí. En esto consiste la subjetividad, que no puede ser un principio incondicionado, pues carecería de valor si el sujeto poético no buscara dentro de sí lo que tiene de universal, para que esa experiencia, ese sentimiento o esa estética, sea compartida, vivida o sufrida por otros. Por una parte, la poesía humaniza verbalmente la realidad, por otra nos enfrenta a nosotros mismos. Pero siempre, en el acto de creación y en el acto de lectura, la poesía nos hace más humanos, nos exalta la sensibilidad y nos despierta la inteligencia. Dicho esto en el convencimiento personal de que la poesía es uno de los pocos refugios que quedan a la palabra, casi el único camino que queda al ser humano, a estas alturas de la historia, para mostrar sus entrañas, entregándose al mundo y a sí mismo mediante el acto de verbalizar «los tres heroísmos en conjunción» de los que hablaba Salvador Díaz Mirón: el pensamiento, el sentimiento y la expresión. Verbalización que siempre se hace desde la soledad de un sujeto que es libre en su proceso creativo, pero que nunca está exento de responsabilidad.
La poesía siempre es acción, del sentimiento, de la sensación, del acto creativo, nunca resultado definitivo, porque todo poema es una pieza de un engranaje y de un proceso nunca acabados. El poeta observa siempre la realidad con detenimiento, después trabaja una traza, y otra, con esmero, para cosechar el poema con la atmósfera necesaria que nos sumerja en el universo que quiere construir. Al mismo tiempo, dosifica los elementos y les busca su función, clara, precisa y adecuada. La actividad de cualquier poeta, como la de todo artista, consiste en percibir las cosas con más claridad que el resto de los mortales, con lo que es fácil comprender cómo, para muchos, el vate resulta un estorbo, aunque al mismo tiempo se le mire con envidia, como si fuera un alma delicada, capaz de sentirse herido por cualquier realidad.
La poesía, entonces, es una forma de percibir las cosas y convertirlas en lenguaje, porque todo arte es un lenguaje especial.

 

Texto

En contra de lo que se pensaba,

(esa idea peregrina de que la meseta era
homogénea
se mire
por donde
se mire),

dos geólogos de alto copete han descubierto
que Castilla entera tiene un eje
Norte Sur
y todo rota sobre sí mismo.
Se han tronzado los tabúes
y sabemos, por fin,
que todas nuestras auroras

(eso sí, un poco ciegas de legañas)

apuntan hacia una propiedad intrínseca.
En la Castilla de hoy no hay arriba
y abajo. Y eso
nos consuela. Por fin,
las palabras podrán ya dormir saciadas
de roca y enebro.
En contra de lo que se pensaba,
en el eje de Castilla la roca puede ser cemento,
luchando contra el deseo del verbo.
Verbo y roca,
piedra y verbo.
Castilla, sin verbo, entre piedra y deseo.
En contra de lo que se pensaba,
masquen
la idea peregrina de que la meseta era

homogénea,
se mire
por donde
se mire,

contra la piedra sin verbo.

(De Castilla, roca y verbo, editorial Celya, Salamanca, 2007)

 

 

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