ABRIL, Juan Carlos

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ABRIL, Juan Carlos

Biografía

Juan Carlos Abril nació el siete de enero de 1974 en Los Villares, provincia de Jaén. Licenciado en Filología Hispánica; Teoría de la Literatura y Literatura Comparada; y Filología Románica; actualmente es Doctor en Literatura Española por la Universidad de Granada, donde trabaja como profesor. Ha residido durante varios años en Inglaterra, Francia e Italia. Su obra literaria ha obtenido varios reconocimientos (premio Federico García Lorca en 1996, áccesit del Premio Adonáis en el año 2000) y forma parte de numerosas antologías, entre las que destaca 10 menos 30. La ruptura interior en la «poesía de la experiencia», de Luis Antonio de Villena (1997), además de haber coordinado otras como Deshabitados (2008), Campos magnéticos. Veinte poetas españoles para el siglo XXI (2011) o Gramáticas del fragmento. Estudios sobre poesía española para el siglo XXI (2011); también ha preparado ediciones de autores como Luis García Montero, J. M. Caballero Bonald, Francisco Brines, Antonio Deltoro, Fabio Morábito, OMar Lara, José Julio Cabanillas o Víctor Rodíguez Núñez, entre otros. Ha traducido, junto a Stéphanie Ameri, obras de Pier Paolo Pasolini, Henri Michaux o Filippo Tommaso Marinetti. También ha publicado crítica literaria y poemas en diversas revistas como La Estafeta del Viento, Litoral, El Maquinista de la Generación, Sibila, Revista Atlántica, Renacimiento, Clarín, Campo de Agramante, El fingidor, Texturas, Ultramar, Prima Littera, La página, La Poesía, Señor hidalgo, Cuadernos del Matemático, Númenor, Señales de humo, Istmo, Hélice, etc. Dirige asimismo la revista Paraíso.

 

 

Obra

POESÍA

1997, 2004: Un intruso nos somete.

2001: El laberinto azul.

2007: Crisis.

2013: Poesía (Antología 1997-2007).

2016: Esperar es un camino (Antología 1997-2016).

2018: En busca de una pausa, Pre-Textos.

 

ENSAYO

2014: Lecturas de oro. Un panorama de la poesía española.

2018: El habitante de su palabra. La poesía de José Manuel Caballero Bonald (1952-2015), Creneida: Anuario de Literaturas Hispánicas.

2020: Panorama para leer: un diagnóstico de la poesía española. 

2022: Una cuestión de palabras.

 

COLABORACIONES EN ANTOLOGÍAS

1997: 10 menos 30. La ruptura interior en la «poesía de la experiencia». (Antología de Luis Antonio de Villena).

2001: Yo es otro. Autorretratos de la nueva poesía. (Antología de Josep M. Rodríguez)

2003: Veinticinco poetas españoles jóvenes.

2006: Cima de olvido. (Antología de Rafael Alarcón Sierra)

2010: La inteligencia y el hacha. Un panorama de la Generación poética del 2000. (Antología de Luis Antonio de Villena).

2011: Antología de la poesía española en la segunda mitad del siglo XX.

2015: Todo es Poesía en Granada. Panorama poético (2000-2015). (Antología de José Martín de Vayas).

2018: Centros de gravedad. Poesía española en el siglo XXI (Antología de José Andújar Almansa). Ediciones Pre-Textos.

2020: En el corazón de las cosas (Antología de Omar Lara). Editorial Polibea.

2021: La mañana imaginada (Antología de María Auxiliadora Álvarez). Ediciones Pre-Textos.

Premios

1996: Premio Federico García Lorca de Poesía de la Universidad de Granada.

2000: Premio Adonáis (Áccesit).

2011: Premio de Poesía Manuel Alcántara.

 

 

Poética

«Últimamente considero que es mucho más importante el espacio que el tiempo en un poema, porque el espacio, de un modo u otro, abarca al tiempo, o quizá simplemente porque durante varias décadas la poesía de carácter temporal ha predominado sobre la espacial, o, incluso más, porque el tiempo es una de las determinaciones del logocentrismo monológico occidental que tanto detesto. No es una cuestión de forma sino de estructura, no una cuestión de semántica sino de sintaxis. Y esos bucles de la vida cotidiana, que son el lugar donde reside la poesía, lo que en realidad están creando son espacios paralelos, refugios donde resguardarse, claro, ya provistos de tiempo y de todas las coordenadas necesarias para formar el efecto de ilusión. Pero no siempre funciona, en este sentido, el efecto espacio-tiempo. En los sueños, sin llegar a ser surrealismo de lo que hablo, se ve claro: son espacios que conviven, y el tiempo, si acaso, es simultáneo, es una especie de no-tiempo. El eje cronotópico es un método estupendo para desenmascarar las coordenadas en las que se desenvuelve el antropocentrismo, en el que nos desenvolvemos, un paso importante en el análisis de nuestra sociedad, pero la verdadera ciencia es la topografía, y debemos mirar a través de los ojos de una estación total. La ciencia, sin embargo, también es insuficiente para explicar la poesía. La ciencia es sólo una aproximación al contenido, la poesía su continente.

«Para entender esos trasvases de lo cotidiano a nuestro mundo personal y subjetivo sólo podemos recurrir a un proceso de racionalización profundo en el que se pongan en juego esos mismos mecanismos de racionalización, es decir las herramientas con las que trabajamos. Cuestionar nuestro método. No contemplar a la abeja y a la flor como entidades diferentes y pertenecientes a diversos ámbitos, sino colegirlos unidos, alimentándose mutuamente. Y el día a día pone en contacto estructuras mucho más complejas de lo que pensamos: nosotros mismos, nuestras relaciones sociales, la cultura… Así, la ironía, la comunicación intersubjetiva, el conocimiento intrasubjetivo y las necesidades expresivas, privadas o colectivas, hacen el resto. Un poeta debe indagar, creo, en su propia voz, no convertirse en alguien previsible. Un poema es un estado de ánimo, pero los estados de ánimo dependen de la historia. Los sentimientos también son históricos y asimismo nosotros somos seres históricos, seres sígnicos No sólo hay que tener en cuenta la poesía de la experiencia sino la experiencia de la poesía. La buena poesía no se debe a escuelas ni a corrientes ni a estilos».

(Mayo 2006 ? Juan Carlos Abril).

 

 

Texto

Espacio

Llegas de cualquier sitio
y, elegido al azar,
sin mapas, sin señales,
el otro lado esconde la sorpresa
feliz y azul.
Entonces permanece la ruptura
intacta. Entonces fuera o dentro impide
su difusión.
El viaje trae un orden en cadena,
un movimiento ansioso que repite
su dispersa memoria:
ya nadie nos indica que el error
desconocido o su secreto
sirva robado y oprimido,
tiempo arenoso que se va.

Todo va a ser abandonado.

(De El laberinto azul, Madrid, Rialp, 2001, p. 35)

Espacio

Llegas a cualquier sitio
a través de un poema:
el mundo viaja solo, y tú también
en su infinita red de vanidades
te dejas arrastrar
por símbolos, deseos,
buscando su sabor
con recuerdos gastados.
No te canses. Tampoco insistas.
Para qué preocuparse.
Quien más quiere avanzar más retrocede
en este laberinto donde olvidas
el único color de los matices,
su frágil soledad difuminada,
y arrojas sus palabras al vacío
y al caos.
Nunca el caos, camino equivocado.

(De El laberinto azul, Madrid, Rialp, 2001, p. 53).

 

 

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