Biografía
Nací en el seno de una familia humilde (privilegio al que no renuncio). Eran jóvenes, esperanzados y bien avenidos; lo que me proporcionó una infancia feliz. Lo hice en estos pagos serranos -tal día que nevó hasta metro y medio- , que no son otros que el pueblo de San Lorenzo del Escorial. Por las Lonjas, antesala del Monasterio, volví a casa en brazos del padre. En sus muros di el primer beso prohibido a la cálida novia. Vimos pasar al ataúd de nuestros mayores.
En mi caso, a edad temprana, por lo que hube de interrumpir mis estudios de Derecho en la Universidad María Cristina de la localidad. En casa éramos familia numerosa y hubo que aplicarse en el trabajo. Pasada esta etapa intenté licenciarme en Ciencias de la Información, en la Universidad Complutense de Madrid; pero ahora era un servidor quien creó su familia y, eran tiempos en los que otras necesidades urgentes apremiaban. Publiqué mi primer libro (ahora hubiera esperado), pero en la juventud manda la sangre. Me lo prologó el otrora rector de la Universidad, Octavio Uña Juárez. Allí conocí al escritor Manuel Andújar y a Ramón de Garciasol. Nos unió una sólida amistad hasta que los dos nos dejaron. Me avalaron -un lujo para un poeta en ciernes- para ingresar en la Asociación Colegial de Escritores, donde se me admitió.
Una larga época de mi vida viví en Pontevedra donde me casé (bendito el día y la hora). Tuvimos tres hijos. Abrí una librería en la que se publicó la revista «ACIBAL». Se creó el Premio de Poesía Manuel María. La presidente del jurado fue la escritora Fina Casalderrey, con la que me unió una amistad fraternal. Colaboré en Faro de Vigo y en Diario de Pontevedra.
Obra
NARRATIVA
Albérchigos (1982).
Prosas escurialenses ( 1987).
Gonzaliño (inédito) (1988).
La llamada (inédita) (2010).
POESÍA
Ilusiones del Almendro (1980).
Líneas y palabras (1982).
Versos contigo (1984).
A quien conmigo va (1997).
Ganamos el pan con nuestra muerte (1998).
Al son de nieve (inédito).
ENSAYO
Notas históricas de la Parroquia de Santa María del Puerto de Marín (1988).
Intrahistoria de Marín (1997).
El carnaval marinense (1998).
Crónica del Barrio del Rosario (2002).
Robledondo (crónica de una villa) (2003).
Santa María de la Alameda (inédita) (2010).
Santa María de la Alameda (2012).
Premios
1996: Tercer lugar en el Premio Nacional de Periodismo Julio Camba, con el artículo Cuento del magosto.
Poética
POR SI DOY CON MI RETRATO, 2010.
Yo sigo aquí, como hace un año, por si doy al fin con mi retrato. De esta guisa acaba un librito de poemas de quien suscribe, que se publicó en 1984, en la Editorial Rondas de Barcelona, bajo la coordinación del poeta José Jurado Morales. Y, efectivamente, sigo a ello. No sé si daré con lo que busco; pero que no sea por no intentarlo. A continuación me pregunto: ¿Qué busco? Eso quisiera yo saber. Se han pasado la vida los filósofos buscándose, preguntándose: Qué soy, quién soy, dónde voy. Y lo va a solucionar un servidor esta mañana en la que la primavera asoma la cabeza, aunque sea con lluvia. Lleva uno ya algunos años con uno mismo y algo va vislumbrando. Claro que, de ahí a lo que decía Adriano de sí mismo en la novela de Yourcenar, hay un abismo. O sea, que resta un pico de camino hasta que se entere uno de algo de lo que se imagina. En esto uno es cervantino, más que manriqueño: se encuentra mejor en el camino que en la posada -que es la mar-. Nos ha dado hoy por estas interrogaciones, pues será cosa de acudir a la cita. Que cuando las cosas llegan tendrán un porqué. Además, eso de encontrarse es casi una quimera, cundo no una posibilidad remota. Se intenta, le da uno vueltas al magín para volver al principio de la cuestión. Quién sabe si en este ir y venir se sorprende con algo que no esperaba, no conocía. Y ya, queda algo menos de cuesta a subir. De lo que sí es uno consciente, es de lo deprisa que va esto. En eso sí estamos puestos, porque es de las pocas cosas que se aprecian a simple vista. No estoy seguro si tendrá demasiada importancia. Puede que el presente sea lo importante. Igual se echa uno cuentas y no merece la pena marear la perdiz. Llevan sabios que hay y hubo en el mundo con estas cuestiones a cuestas y, ¿se va a descubrir aquí la piedra filosofal. Infeliz? Dónde vas tú. Si los dioses te han puesto ahí para que cumplas tu misión de simple peón, y no levantes la cabeza que te llevas un coscorrón. A qué tanta pregunta, tanto interrogante. A remar como todo el mundo al que le ha tocado galeras. Y date con un canto en los dientes, que te podía haber tocado en peor plaza. Ha tiempo que ya lo advertí: la casta, la herencia condiciona de manera que, estas cuestiones filosóficas pasan a otro plano. Poderoso caballero es don dinero. Cómo será la cosa, que salta de un brinco años de especulación. No niega uno que haya de poner algo de su parte; pero el camino está hecho, y si no lo estuviere, se va a caballo. No cambia nada la cosa. Tanto esfuerzo para llegar, cuando de un soplo se podía ahorrar estas alforjas. Hoy lo dejamos aquí. Nos sentamos a la vera del camino a tomar un soplo de aire fresco. Mañana, cuando caiga otra hoja del almanaque nos volveremos a olvidar de hoy y volveremos a engañarnos, por si el milagro o el milagrero pone rubia la ribera de la pena. Quién sabe.
Texto
A QUIEN CONMIGO VA
La mano acariciante que me tiendes,
Me enerva el vello,y, sin quererlo,
Me sube la marea por el pecho
Hasta hacerse honesto beso.
Tu mano, que soporta el peso
Por los atanores del tiempo,
Evita los temores con los dulzores
De sus dedos, que son ángeles
Enhiestos, dispuestos
A que no acuda dolor,
Cansancio o desamor.
Tu mano combate la locura,
Sostiene el pilar que habito
Y le da limpio oreo
A la sombra, a la pena
Al turbio grito.
La mano acariciante que me tiendes
Batanea mi miedo,
Y, sin quererlo
Me desata el hombre que dormía dentro.
(De A quien conmigo va, 1997).
***
PROSAS ESCURIALENSES
Son buhardillas muy antiguas, provistas de balcones de hierro forjado. En ellas viven una familia de ratones orfebres. Labran el oro y la plata desde que se tiene memoria de ello. Trabajan minuciosamente y, por lo general, a horas nocturnas. Saben que el oro y la plata no se deben exponer al sol ,y si a los flujos de la luna.
( De Las Buhardillas de la Calle del Rey, 1998).
***
INTRAHISTORIA DE MARÍN
Tuvo don Pedro un dependiente al que tomó cariño y, al que deseándolo su carrera la matriculó en el Instituto. Y nada, el dependiente que era un haragán (Y, según confesión propia sigue siendo) no daba una en el clavo. Y don Pedro se lamentaba de tanta torpeza y llegó a la conclusión de que aquel muchacho, que parecía listo, no servía para nada. Si don Pedro tuviera tanto olfato para las lombrices como tuvo para juzgar al dependiente, se las hubieran comido aquéllas. Porque aquel muchacho que no servía para nada, era nada menos que Julio Camba.
(De Don Pedro Catalá, 1998).
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