Biografía
Silvia Lázaro Díaz nace en Barcelona (1962). Narradora, poeta y editora de «escritoras andaluzas». En diciembre del año 2004 se aparta de la docencia (su anterior profesión) y se plantea como trabajo la actividad creativa. Autodidacta, comienza sus andaduras literarias con narradora, escribiendo en el 2005 la novela corta Para Teresa, en el 2006 la novela titulada La Dehesa del Alcaucil (alcachofa), en el 2007 la tercera a la que llama Entramados vitales. Investiga su pulso con géneros más cortos y se entrega a lo breve como ejercicio literario. Colabora en Cuadernos de Poesía en su monográfico sobre poesía social, en las páginas de CiÑe (Círculo Independiente Ñ de escritores, Mandala & LápizCero ediciones) y en otras publicaciones digitales. En el 2009 se interesan por su trabajo narrativo en Francia y traducen y publican en bilingüe «Para Teresa. c/ Málaga 76. Ciudad de Transición». En la actualidad destina su tiempo a escribir, sigue su trabajo como blogger, estudia programas informáticos para integrarlos en la literatura y pule su obra.
Obra
NOVELAS
Para Teresa (2005).
Novela: Obra de teatro infantil (2005).
Dehesa de Alcaucil (alcachofa) (2006).
Entramados vitales (2007).
RELATOS (2005-2020)
Mariposas blancas .
El número 23 de la calle Trueque.
«Currita» con anexo.
Cursillo prematrimonial.
Anclando el alma .
El ritual de mis amigos sabios.
¿Por qué? .
«Bacalailla» mañanera con mi burra .
Zodiaco.
Balcones.
Milán sin prisa ni causa.
Rara.
Las nupcias de la Manola.
Estaban.
De veritas contra el mundo.
La mujer libre.
La verdad de Candela.
Basado en hechos reales.
La residencia Partenón.
Playa.
Siete palabras.
Ella -la belleza-.
Tía Mercedes.
Unidad…Tría.
Colección cinco minutos.
El dedo de don Rodrigo.
La casa de los Donti.
Manual Chuaca.
Priscila.
Hipocorístico T(é).
Ecos de Calatrava.
Buenos días, mañanita prodigiosa.
Apetecible.
Muak.
Nudos.
De vecinos.
Que qué.
La venta Rueca.
El enano de Mika.
El dado en el tarok.
Lágrimas sabrosonas.
Empresas Korto.
Ponte la boto.
Economía pseudópod(a).
Sé que esto no es un diario.
Me he enjuagado ya las lágrimas y me lanzo.
Llamamiento a los poetas.
Lázaro de alas.
Rearrancada. Interliteral. Impresiones de una asistente (dos partes).
COLECCIONES DE RELATOS
Relatos de Lázaro (2007).
Lázaro de mujer.
5 minutos.
Relatos fantásticos y satíricos.
POESÍA
Ahuyentando lo dual (2006).
Poemario sin título (2006).
Poesía social, Micro-mundo con melena (2006).
Loca Poética tragicómica: Los patitos feos (2007).
Micromundo con melena que se seca con los aires de los noticiarios (2008).
Postales con poesía (2009).
Poética digital (2009).
OTROS
Selección poética del poemario Ahuyentado lo dual. Wallada nº 6, poemario colectivo (2006).
Efecto colateral I Encuentro de Literatura digital Interliteral (2007).
Prólogo de «Encuentros en la 3ª tecla», Fernando Ortega (2008).
«Bravas miembras». Artículo publicado en Noticias Arcadia (2008).
Premios
Poética
La literatura del que escribe en bitácora que se actualiza a diario desnuda al literato hasta tal punto que se teclean frases bellas, porque nacen así, con cuerpo de ser futuras grandes de la alcurnia del Arte, y re-leídas, dejadas reposar, ruborizan al creador o creadora. Por ellas se fugan pensamientos íntimos, contradictorios, catárticos, ridículos y dañinos para sus amos. Leídas ellas, literatura digitalizada, percibes valentía, se observa a la autocensura borracha, de cuclillas y renegada. A diario hay que estar vivaz, enérgico, persuasivo, rápido y hábil. No caben ni las fronteras ni los filtros para la libertad de expresión. (…)
(Fragmento del prólogo de «Encuentros en la 3º tecla», 2008).
Texto
Digno amor te escribo y no debo. Sé que existes, que estás, que más que pasión eres, que no sé de ti hablar.
Agosta el amor perfumando sus rescoldos.
Amarillea su reino.
Agónico el nómada sentimiento,
Arría lamentos.
Árese ya tanta ansía de vuelo que agota mi emigrar.
¿Es tan difícil amar?
¿Es tan complicado aletear
al unísono de nuestro despertar?
Amor, espera,
Aligeremos apegos.
Armónicos nómadas libres
Amando dos.
Briznas germinadas en la quema,
Verdean amores, trigueras.
Brotan nuevas,
Vuelan.
Van.
Van y vienen pasiones.
Vuelan palabras y concepciones.
Brotan ignorando derrotas.
Verdea mi trigal.
Briznas crecidas, ¡ay, amo ya!
Exequias al loable, impronta, cincel y lágrimas.
Olvido el cianuro del pie de lo detestable.
Mi unidad seguida de lamentos,
Multiplica el sacramento,
Potencia la creencia de anhelos
de amores mal vividos.
La relación:
ínfima mi unidad es,
infinita mi soledad.
Decremento.
Borradas o corregidas pasadas cuentas,
Me hago par,
Me integro,
Rehúyo del cero,
Me suspendo y pruebo amar,
Me dejo llevar.
(Fragmento del poemario sin título, 2006).
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El verbo juega con el tiempo confundiéndote los instantes.
El tiempo juega con el verbo confundiéndote en un instante.
Me confunde el verbo cuando juega con el tiempo.
Un instante del verbo jugando cambia la vida.
Te juegas la vida si no vives los instantes a tiempo.
Quizás confundiendo instantes encuentres al verbo.
– ¡Por Dios!- exclamó ella.
– ¡O por el Verbo!- le contesté.
(Fragmento del poemario Ahuyentando lo dual, 2006).
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…Silencio de los silencios del que se espera lo absurdo.
Silencio de la calle, ruido en la montaña, música del deseo en mi alma lacia.
Rigor doloso sobrado.
Frío odioso.
Tedio endiablado.
Y, enseguida lo supe:
El quinto del verano esperaba temblando en la puerta.
No iba a abrirle.
Desde mi cuarto olí el «cabrales» que me traía de regalo.
El quinto que lo intentó, cayó de bruces.
Mis brazos no lo soportaron.
Estaba sumida en la tristeza.
Esperé tres horas hasta que lo vi alejarse.
Entonces, fui a una playa.
Repleta de residuos pestilentes, con mi cara de raspa, de rata, de cucaracha,
me di cuenta que, otra vez estaba caída, amontonada.
Me alejé por el sendero que lleva a la era.
Caminé sin zapatos dos kilómetros.
Penitente de la estupidez, orando a la nada, sangraron mis pies.
Razoné el dolor.
Más me amontonaba.
Vendé mis heridas con mi ropa y bajé por la montaña.
La brisa me daba en la cara,
pero como andaba acelerada,
no sentí su frescura.
Un cabrero me alertó:
– Niña, vas en bragas.
Escuché su advertencia.
Me desnudé entera despacito y me tumbé al sol.
Sus rayos prendieron las parvas de mi alma.
Ardida, regresé a casa de noche.
Mi amado me esperaba.
Me cogió de la mano, me lavó, me hizo que descansara.
No pude llorar porque soy y tengo mala pata
aunque …
(Fragmento de Loca Poética Tragicómica: Los patitos feos -inéditos-
2007).
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Nunca lo lee, ¿no? ¿Que el qué? Pues el zodiaco, señor. De eso hablo. Yo tampoco lo leo. Afirmo como usted afirma, sigamos pues mintiendo. Dice que no sabe de qué signo es. Ni yo tampoco lo sé. Sigamos así y verá como no le enseño el zodiaco de Meet. ¡Qué librito! ¿Ahora le interesa? Lo sé por su cara. Nadie se resiste. Por la fecha de nacimiento que viene en el carné… Qué no. Que nació tres días antes. Entonces es Aries. Sí, le devuelvo su carné. Firme y si quiere márchese. Echada la gasolina, y yo cobrado su importe, puede irse. Ya, que no diga más, que son tonterías. Pues no me callo, hombre. Adiós. ¿Quiere ver el librito que encontré de Meet? Tengo tiempo y por lo que veo usted también. Le invito a una cerveza. Bien, bien, el librito. ¡EA! Lo llevo siempre en la guantera del coche y en el trabajo, aquí, en el cajón. Es muy, pero muy especial. ¿Quién era Meet? No lo sé. Ni idea, señor. Pero yo que no leo los horóscopos del Zodiaco, ni creo en ellos ni sé cuál es el mío, se lo leí hace unas semanas a mi jefa y después de hacerlo me subió el sueldo. Quiso comprarme el manuscrito. Claro, éste no tiene precio, lo que me da mi librillo es mucha conversación. Con él ligo, con él embauco, por él me invitan mis amistades y desconocidos, con él… ¡Qué más le digo, señor! Me apodan el Meet. Toque, toque… ¿Antiguo? ¡Un tesoro! ¡Una antigüedad única! ¡Una joya! Huela, huela… A viejo. Lo ve. Es auténtico. Lo encontré… No. No se lo digo. Hasta que no le lea el horóscopo no se lo digo. Es Aries. ¡Qué rica! ¡Qué bien sienta la cervecita a esta hora! Hay que tratarlo con «mucho tiento» ?así habla mi padre. Sabe poco de dicción y vocablos?. Yo sí. Límpiese las manos con estas toallitas por si quiere tocar esta maravilla. Me gusta leer cosas curiosas como ésta. Se busca fácil. Sus hojas son tan gruesas. Palpe el canto. Hay hasta restillos de vegetales. Antes se hacían los libros para que fueran únicos. ¡Yo que sé de cuando es el Zodiaco de Meet! Le faltan hojas. Aquí se nota. Y la numeración tiene saltitos. Pero sirve, señor. Ya verá como le cambia su vida.
Aries, varón. Ojú con lo que dice: «Casado estarás en segundas nupcias porque darás muerte física o ficticia a la mujer con la que engendrarás descendientes».
Por su edad creo que no falla. Que sí. Que es divorciado. Que tiene hijos. Primer acierto. Pero que son tres sus mujeres. El libro habla de ruptura. Que sean dos o tres da igual. Con las que tuvo hijos es la que ha matado física o ficticiamente. Que no la mató. Que murió de repente. Otra vez. ¿No se da cuenta que el libro habla de muerte? De mujer que nunca podrá retornar. Se le ha cambiado el semblante, señor. ¿Está bien? No. En un accidente de coche. Usted conducía. Vaya, vaya. Este librito no falla. Le sigo leyendo. Antes, si quiere, desahóguese. La quería mucho. Sí que la quería. Su mirada ha cambiado con su recuerdo. No la olvida. Después de lo sucedido dice que se hizo lo vasectomía. Promesa de amor ante la tumba. Usted sí que la quería. Bien, le hago caso, sigo leyendo. Le interesa.
«Estos presenciaran tu huída hacia el caos por la ambición de vida». Se refiere a sus hijos. Eran pequeños dice. No supo llevar casa, trabajo y crianza. Que se siente culpable. Que se iba de copas para recuperarse. ¿Lo consiguió? Recuperarse, hombre. Sí. Me alegro. ¿Sigo?
«Tu reino se irá a pique y ante la escasez, tu nuevo amor decidirá salvar los restos». Que no llega a final de mes. Como «toito quisqui». Pero aquí dice que su amor salvará los restos. Ríe. ¡Que es fantástica administrando! Estupendo. «Asediará a los intrusos y a convencerte llegará para que decidas que lo conveniente es alejarlos». Ojú. Esto no sé cómo interpretarlo. Habla que ella para sus adentros piensa que tus hijos son intrusos. ¡INTRUSOS! Hay problemas. Muchos dice. Que los típicos que dan los adolescentes. Y ella, ¿qué hace ella? Que se comporta como una madre. Los educa. ¿Está usted seguro de lo que dice? ¿Los educa? Sí, sí, me afirma. Mire, que el libro no se confunde. Tenga cuidado. Yo sólo le digo que tenga cuidado. Que Meet es un sabio. Hablar de intrusos es muy fuerte.
«Los infantes tomarán vuelo de lujo engañados con estratagemas». Increíble. Le cambió la cara. ¿Qué pasa? Que se van a aprender idiomas a Inglaterra. ¿De quién fue la idea? ¿De ella? Maldita manipuladora. Perdón, me he pasado. Le escucho. El inglés es imprescindible. Deben dominarlo. ¿Lo ve? Lo ha convencido con una estratagema. Lo siento mucho. Sí, sigo leyendo. «Uno de ellos se dedicará a separar los dos continentes que forman tu imaginada feliz nueva vida. Se lo tragarán los mares. Al otro descendiente nunca lo volverás a ver. Ofrendará con los oros que le salvaron su vida a causas perdidas, martirizándote». Aquí se acaba por hoy. No le leo más a Meet. ¿Que si tengo papel y boli? Sí. ¿Se lo dicto, señor? Buenas tardes. Adiós. Oiga. En las anotaciones de Meet vienen estas palabras claves: Atamante, Hermes, vellocino de oro, Helesponto. Se lo digo por si quiere investigar. Yo lo haré. Por si viene de nuevo. Para la próxima cita cobro 100 euros. Una ayudita para llegar a final de mes, ¿sabe? Adiós señor.
(Zodiaco, 2005).
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