RODRÍGUEZ, Julio

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RODRÍGUEZ, Julio

Biografía

Nació en Oviedo en 1971. Doctor en Psicología, colabora en diferentes medios de comunicación y trabaja como profesor universitario, investigador y guionista. Escribe, con diferente suerte, novelas, cuentos, poemas, columnas, artículos, ensayos, aforismos, guiones, esquelas y prospectos.
 

Obra

POESÍA

Naranjas cada vez que te levantas (2008).
Doméstica (2011).
Tierra batida (2013).
Una extraña ciencia (2019).

NARRATIVA

El mayor poeta del mundo (2006).
El vuelo de la monarca (2011).
Una mala racha (2016).
El gran Pirelli (2019).

Premios

2005: Premio Vargas LLosa de Novela con El mayor poeta del mundo.
2008: Premio Emilio Alarcos de poesía con Naranjas cada vez que te levantas.
I Premio de Poesía Breve de la Universidad de Alcalá de Henares.
Art Nalón de cuentos.
2010: XVI Premio de Poesía Ciudad de Mérida por Doméstica.
2013: XLV Premio Internacional de Poesía Hermanos Argensola por Tierra batida.
2019: XXIII Premio Internacional de Poesía «Antonio Machado en Baeza» por Una extraña ciencia.

Poética

 

LA PÓCIMA POESÍA

Juntar sobre el papel unas rajas de Rojas,
unas briznas de Brines, dos hojitas de D´ors,
jirones de Girondo, cortezas de Cortázar,
cornadas de Cernuda, pellejos de Vallejo.
Mezclarlo todo bien. Agitarlo y, después,
hacerse a un lado.

 

 

 

Texto

 

BLUES

A pesar del silencio,
yo sé bien que mi nombre
se desboca en tu boca, habita
en mitad de tu boca, como
una bala de plomo en un revólver.

UN CÍRCULO PERFECTO

A pesar del cuidado que ponemos
para que se conserve en buen estado,
quien algún día venga
siguiendo nuestro rastro
encontrará tan sólo
un puñado de tierra
revuelta donde un día dibujamos
entre los dos un círculo perfecto.

(Ambos poemas incluidos en Naranjas cada vez que te levantas)

Y allí estoy yo, Mario García, el joven poeta moderno, adentrándome en la luminosa morada de mis predecesores. Y saludo a Juan Ramón, y saludo a Federico, y saludo a Rafael. Y puedo ver todo tal y como me lo había imaginado en mis siestas placenteras de sochantre, bajo los manzanos de mi tierra asturiana: los pabellones de ladrillo que conservan el olor de la tinta fresca, las vitrinas que encierran, embargadas, las obras manuscritas de los artistas, las fotos oscuras de los hombres brillantes, los jardines de chopos y ficciones, la innegable presencia del arte indestructible. Y el poeta moderno puede ver cómo arruina aquél acceso arrebatado de poesía el conserje hijoputa, que se acerca con cara de «te mato» y con dos descomunales guardas jurado tras de sí… Y adiós, Juan Ramón; y adiós, Federico; y adiós, Rafael… Y pies para que os quiero.

(Fragmento de El mayor poeta del mundo)

 

 

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