HERNÁNZ, Beatriz

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HERNÁNZ, Beatriz

Biografía

Nace en Pontevedra en 1963. Es doctora en Filología Hispánica por la Universidad Complutense de Madrid. Ha sido profesora en distintas universidades y directora académica en la Escuela Superior de Arte Dramático de la Universidad de Kent. Colabora habitualmente de los Cursos de Verano en El Escorial de la Universidad Complutense de Madrid desde 1991. También ha sido profesora invitada o conferenciante en diversas instituciones culturales y universitarias: Fundación Ortega y Gasset, Círculo de Bellas Artes, Universidad de Puerto Rico, Casa de Galicia, TVE, TVG, Universidad Autónoma de Madrid, Complutense, Carlos III, Instituto Cervantes, Ateneo de Madrid, etc.

Fue crítica literaria en ABC Cultural entre 1992 y 1998 y El Cultural de El Mundo entre 1998 y 2008. También fue miembro del consejo de dirección de la revista Rey Lagarto. Secretaria General de la Asociación Cultural Lyric Link, Enlace de Culturas. Miembro de la AIH (Asociación Internacional de Hispanistas) y de la Asociación Colegial de Escritores de España.

Otra labor de esta autora es como gestora cultural: ha coordinado actividades culturales y educativas de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, ha sido directora del Centro de Documentación Teatral del INAEM, coordinadora de la Comisión del Centenario de 1898, así como coordinadora general y directora académica del Programa de Becas Endesa de Patrimonio Cultural para Iberoamérica del Ministerio de Educación y Cultura. En la actualidad, es coordinadora del área de Humanidades del programa de becas de la Fundación Carolina, Secretaria General de la Asociación Cultural Lyric Link, Enlace de Culturas y miembro de la Asociación Internacional de Hispanistas y de la Asociación Colegial de Escritores de España.

Fue Directora de Cultura del Instituto Cervantes de Madrid entre 2015 y 2017; actualmente, es directora del Instituto Cervantes de Palermo.

Obra

POESÍA

La lealtad del espejo (1993).

La vigilia del tiempo (1996).

La epopeya del laberinto (2001).

La piel de las palabras (2005).

Los volcanes sin sueño (2005).

A pelegrina do vento (Antología en gallego) (2013).

Habitarás la luz que te cobija (2017).

 

EDICIÓN 

Marquina, Eduardo: En Flandes se ha puesto el sol; La ermita, la fuente y el río (1996).

Premios

1993: Premio Barcarola de poesía por La lealtad del espejo.

1994: Ayuda a la creación literaria del Ministerio de Cultura para La vigilia del tiempo.

1996: Accésit del premio Adonais por La vigilia del tiempo.

1999: Premio SIAL de Ensayo.

2018: Premio XII edición de los Premios Pontevedreses del Grupo editorial y de comunicación El Progreso.

Poética

«Escribir es descifrar la secreta arquitectura de la penumbra. Es invocar a la dulce daga del tiempo, habitar extramuros de la pena y no tener más que los afectos como equipaje hacia la muerte.
«Y nos vierte el pasado sus légamos incurables, arroja más insania que el destino, aprendiendo la cotidiana costumbre de la renuncia, que nos convida al dolor como una flor extraña y necesaria, y nos deja en el desamparo de ese esfuerzo diario que es vivir.
«Escribimos para no estar solos. No sé quien dijo esto alguna vez. Y la soledad es ese regalo enigmático que nos ofrece la vida, es el azogue del espejo inabarcable del mundo, es la habitación de reposo para esa enfermedad incurable que es el vivir.
«Pero existe un espejo leal, un viento cálido que brota de las entrañas, un amor sin nombre que ofrece y no pide, un afecto silencioso que grita a los árboles de la historia: No estamos completamente solos. Y esa soledad se hace minúscula, infinita, porque suma el desaliento colectivo de todos los seres, que brindan su hospitalidad a la esperanza, al deseo unánime de dar cobijo al hombre deshabitado que somos todos nosotros.
«El tiempo recorre esa vigilia, porque los relojes no obedecen a las palabras, y madruga la muerte para que, tatuada en las sombras, nos recuerde que todas las geografías invocan al designio del ser. Y sola, con sus voces, una mujer invoca a la historia y a su infancia, fugitiva de las calles y traiciones, transitando oráculos y laberintos, invocando a la memoria que permanecerá en el verso, porque la eternidad consiste en que sólo existimos para los que creen en nosotros».

(Beatriz Hernanz, solapa de La epopeya del laberinto)

 

 

Texto

Después del tiempo de las espadas
vuelvo a casa sin llaves, sin derrotas,
emerjo del agua que se enrosca en mi frente,
sin anestesia local. Me invento otro dolor.
Nada es igual. Ya no conozco el camino.

Y golpea la nostalgia con sus cuchillos secretos,
como desesperación celeste de un jaguar,
como maleta cerrada de un viajero sin tiempo.
La verdad todavía es posible en las palabras,
Y brotan mares que se bifurcan en mi carne cancelada.
No quiero oír la ausencia,
ni tocar mi dolor abrasado por la huída.
Una mano es una red de senderos que el abandono araña.

(De La vigilia del tiempo, Madrid, Rialp, 1996)

Por ti todo lo he olvidado,
mi niñez y mi patria.
Bebí tu vino. A tu mesa
me senté.

Con pies de medianoche
recibí los abrazos del viento.

Intriga, astucia, tiempo.

Una marea infinita del mundo
hacía alto el terror de tu éxito.

( De La epopeya del laberinto, Palma de Mallorca, Calima, 2001.)

Un rebaño de palabras
Reunidas a tiempo
Signos de promesas en la lejanía.
Un muro de silencio,
Un bosque de pájaros negros
Con apariencia de espejos.

Cúrame de un mar antiguo
De la máscara de sombra
Que ha cubierto mi cuerpo,
Del hueso ausente
Que emerge como un emblema
En la página insomne del tiempo.

(De La piel de las palabras, Palma de Mallorca, Calima, 2005.)

 

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