HERNÁNDEZ GARRIDO, Raúl

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HERNÁNDEZ GARRIDO, Raúl

Biografía

Nace en 1964. Es licenciado en Ciencias Físicas, titulado en Realización de Imagen y Sonido por el IORTV, en Dirección Escénica por la RESAD y en Creación y Estudios Literarios por la Escuela de Letras. Obtuvo diversos premios de Teatro, como el Born, el Rojas Zorrilla; el Lope de Vega y el Calderón de la Barca. Ha sido finalista del Premio Nacional de Literatura Dramática en 2000. Sus textos se estrenan y publican con regularidad. Ha sido traducido al húngaro, el italiano, el francés, el catalán, el portugués, el danés, el griego y el rumano.
Ha escrito y dirigido cortometrajes seleccionados en numerosos festivales tanto nacionales como extranjeros. Se ha dedicado a la producción cinematográfica y teatral. Ha estrenado como autor teatral y realizado dramaturgias sobre diversos textos. También ha escrito narrativa.
Trabaja desde 1988 en TVE como guionista y realizador de documentales. Es analista de guiones en el Departamento de Ficción de TVE. Es profesor de guion cinematográfico y realización audiovisual en la Universidad Francisco de Vitoria de Madrid y en el I.O.R.T.V. de Madrid. Coordina talleres presenciales a través de internet de guión y creación dramática en www.escritores.org y www.fuentetajaliteraria.com
Mantiene en la red una página personal sobre sus escritos: https://hernandezgarrido.com/biografia.html.

Obra

NARRATIVA

El rey de los ratones (Relato) (1998).

Sandra y Dios en el desván (Relato inédito) (1999).

Trenes (Relato) (2000).

Abrieron las ventanas (inédita).

Dios y Sandra en el Desván (2008).

La Caída (2009).

Aviadora (2009).

El Limón (2009).

Abrieron las ventanas(2009).

Los Tilos (2012).

Enuma Elish (2012).

Todos los que quedan (2013).

Juego de 2 / El rey de los ratones (2014).

El eclipse (2015).

 

TEATRO

De la sangre sobre la nieve (1992).

Los malditos (1995).

Las madres de mayo van de excursión (1995).

Los restos: Agamenón vuelve a casa (1997).

Los engranajes (1997).

Calibán / Entremuros 37 (Teatro breve) (1998).

Estación sur (Teatro breve) (1999).

Los restos (1999).

I​nternegativos (Teatro breve) (1999).

Arena – espejo (Teatro breve) (2000).

Oscureció en su furor (Teatro breve) (2001).

La noche de Casandra (2001).

Si un día me olvidaras (2001).

Partículas elementales (Teatro breve) (2002).

Tábano y la araña (Teatro breve) (2002).

Eclipses / La persistencia de la imagen (2002).

El pueblo del cielo / Rescate de cabeza (Teatro breve) (2004).

Gestas de Papá Ubú (Sobre textos de Alfred Jarry) (2004).

Te mandaré una carta (2005).

Juego de dos (2005).

Los que quedan (2007).

Las últimas guerras (2007).

Todos los que quedan (2008).

Cometas (2008).

El muro (2008).

Fiesta zombi en el jardín (2010).

xxx@sex.com (2011).

El canto de las Sierenas (2011).

En tus manos (2012).

Memoria de 7 días (2013).

!!!/El procedimiento (2014).

Segunda Estrella (2014).

Cardenio y el soldado (2016).

Nana bajo la cama (2017).

 

ENSAYO

Los surcos de la lluvia (1997).

Woyzeck y la dramaturgia de la muerte (2002).

Büchner: escritura teatral contemporánea y psicosis (2003).

El Pudor (2005).

Incoherencia de la Trama e Indeterminación de los Personajes (2009).

La Particular naturaleza del Espacio Teatral (2010).

Descripción de una prostituta. Lo obsceno en la escena y el desgarro del relato (2011).

Quanta Mascara (2015).

La diosa rota de Cirlot (2016).

Los muertos y los vivos: Torpedo Squadron 8 de John Ford (2018).

Guy Maddin y el fin del cine: donde habitan los Monstruos (2018).

Encuentros en el lugar de las sombras (2018).

Luis Riaza y la escritura como recusación (en curso de publicación).

Espacios imaginarios y conciencia social en mi escritura (en curso de publicación).

La ceguera del dramaturgo (en curso de publicación).

Premios

1991: Tercer premio de Teatro Ciudad de Alcorcón por De la sangre sobre la nieve.

1994: Premio Nacional de Teatro Calderón de la Barca por la obra Los malditos.

1996: Premio de Teatro Rojas Zorrilla por Los restos : Agamenón vuelve a casa.

1997: Premio «Villa de Madrid» de Teatro Lope de Vega por Los engranajes.

1998: Accésit al Premio de Teatro S.G.A.E. por Los restos Fedra.

2000: Premio Born de Teatro por Si un día me olvidaras.

2000: Finalista del Premio Nacional de Literatura Dramática.

2001: Ayuda a la Creación de Guiones de la Comunidad de Madrid por el guión de Antes de morir piensa en mí.

2003: Ayuda a la Creación de Textos Teatrales de la Comunidad de Madrid por la obra infantil Calcetines de colores.

2004: Finalista del Premio Nuevos Guionistas, convocado por Versión Española – TVE / ALMA.

2007: Premio El Espectador Teatral.

2009: II Premio Irreverentes de Novela por Abrieron las ventanas.

2011: Premio Internacional de Ensayo Teatral (Mención especial).

2013: Premio La Jarra Azul por El procedimiento. 

2014: Selección de !!!/El procedimiento en el programa CIMIENTOS 2014 del IATI THEATER/Todo Vanguardia.

2015: Premio EURODRAM Playwirting/Traslating 2015 por Te mandaré una carta.

2016: Premio Francisco Nieva 2016 por Cardenio y el soldado.

Poética

Los surcos de la lluvia
(Algunas reflexiones sobre experiencias en la escritura teatral contemporánea)

Me considero un escritor contemporáneo, es decir, que vivo y me siento afectado en mi escritura por las circunstancias que impone el tiempo en el que me emplazo.
No se puede renunciar a la Literatura, y el dramaturgo debe asumir su condición de escritor, de literato: su obra ha de ser capaz de resistir mil lecturas diferentes, mil puestas en escena diferentes. En eso supera al director de escena, que difícilmente visitará su obra en más de una ocasión, y aún así sin agotarla, por mucho que arranque de ella nuevos sentidos, nuevos reflejos. La obra permanecerá virgen para nuevas lecturas, para nuevas puestas en escena. Como escritores que somos, debemos aceptar el hecho insoportable de que la obra que aparentemente nace de nuestras manos (o más bien entre nuestras manos) nos debe sobrevivir, debería estar viva mucho tiempo después de que nosotros nos hallamos desvanecido en el olvido.
El escritor sí que debe dejar manos libres a cada director que se atreva a poner en escena su obra. No debe ahogar ninguna nueva posibilidad de lectura que nazca a propósito de su texto. Sólo se debe examinarse la calidad del trabajo de puesta en escena, nunca su adecuación al gusto propio del escritor. El texto vivo se debe separar del ámbito demasiado protector del que se considera su autor, igual que se rompe el cordón que une al niño con su madre para que éste pueda desarrollarse como una nueva persona.

LOS MALDITOS: Dramaturgia de la destrucción
Dramáticamente, lo primero es dar cuenta de una atmósfera, de un clima. La selva lo inunda todo, y no sólo el escenario. La selva ha de hallarse presente hasta en el último rincón del lugar de la representación y borrar la seguridad de cualquier puerta de salida.
No dejar pensar al espectador: «Esto ocurre aquí, donde todo es ficción, todo mentira, pero allá, afuera, donde está la verdad en que me conforto, me espera mi coche, mi casa, mi trabajo». Al iniciarse la representación, los valores seguros desaparecerán para todos. Los que se atrevan a ser más que espectadores, cómplices, disponen cuerpo y alma para vivir la peripecia de los personajes. Imposible escapar. Y nuestro deseo es que el espectador, convertido en parte del sacrificio que ante él, dentro del viejo rito revivido del teatro, tiene lugar; deje de pensar en actores, en máscaras, y se sienta junto a los personajes partícipe de la acción.

LOS RESTOS Fedra
No nos interesa la arqueología. No buscamos la reconstrucción o la actualización del pasado. Denunciamos eso que se está llamando «teatro de la memoria», que esperamos sólo sea una moda pasajera. Lo importante es la urgencia, el hoy para el mañana. Dar la cara. Jugar a la Historia puede que esté bien para los fascículos de los dominicales.
Tampoco el mito es para nosotros algo respetable, ni mucho menos sagrado. Hoy en día, nada heredado es sagrado. En cambio, el hombre, con su dolor, con sus alegrías, sus grandezas, sus miserias. Su maravillosa mezquindad. Todo lo humano nos es sagrado. Nacemos, nos relacionamos, morimos. No hay hitos más importantes que estos.
Los personajes luchan en su destrucción, y en esa agonía rebelde nos sorprenden con una vida real. Son Restos. Lo poco que nos queda ya. Somos nosotros, personas de carne y hueso, sobreviviendo día a día.
Los seres, restos, que aquí llamamos Fedra, Hipólito, no se justifican por sus nombres. Son sus angustias, sus deseos, sus temores, lo que les hace vivir, lo que les mantiene en pie. Creo que existen por encima de su supuesto autor, por encima de la referencia a tópicos culturales, a «mitos». Son reales. Yo sólo he plasmado en papel, con mucho respeto, las vidas que ellos sufren.
Fedra nos habla. ¿Seremos capaces de oír el latido de su corazón?:

SOBRE AUTORES Y HOMBRES.
En teatro, ¿qué es el texto sino un fantasma? Es difícil determinar dónde está el texto teatral: no en las acotaciones, lastre innecesario que los buenos autores (me refiero a los gigantescos clásicos griegos y a los grandes maestros del barroco) sabían eludir. No en el texto literario. No en el diálogo: podemos suprimir los diálogos de una buena obra de teatro y en su esencia aún sigue allí. ¿Qué queda? ¿Los personajes? Directores y actores deben crearlos sobre las pocas pistas que da el texto, e incluso ignorar esas trazas para poder darles vida. ¿Entonces? ¿La estructura? ?susceptible de ser modificada en cada montaje, susceptible de venirse abajo por una minucia? No hablemos entonces de la «acción» (¿?) Nos quedamos finalmente con la concepción del texto teatral como un gran vacío. ¿Es ésa la gran baza del escritor a la hora de salir airoso como autor, escribir el vacío? Posiblemente, pero además (y puede que muy relacionada con esto) crear a un autor. Algo que ate el texto en todos sus detalles y en su globalidad, llevándole a alcanzar un sentido. De ahí la gran premisa para el buen texto, según Aristóteles: la unidad de la acción, como garante de la necesidad de la existencia del autor, de alguien que hable a través de todas las palabras del texto, de todas las acciones, de todos los personajes, y que los haga dirigirse hacia un único fin: hacia sí mismo, Autor, donde finalmente el lector/espectador se encuentra (con el texto, con ese autor, con una idea de la sociedad, consigo mismo).
El autor pertenece al texto y al lector, nunca a los escritores, que deben saber retirarse, calladamente, en silencio.

(De Los surcos de la lluvia, 1997)

Texto

Los restos: Fedra

ya se oye el surco del mar abriéndose para dejar paso a mi recto marido a mi fiel esposo a mi cónyuge y padre mío en mi orfandad Regresando para entrar en su casa y contemplar por sí mismo la infamia cebándose en su estirpe destruyendo sus bienes más queridos sus seres más amados Queda poco tiempo para que él se encuentre con su infiel mujer con su adúltera concubina con la traidora extranjera la asesina de su primogénito la que no dudó en sacrificar al que más deseaba ante el temor ante el miedo dejándose engañar sirviendo de arma para la muerte del que más amaba No quieran estos ojos ver un nuevo día una nueva luz si lo que van a ver es tu cuerpo inerte mis manos inútilmente peinan estos cabellos llenos de barro mi boca lame estas heridas en las que la sangre seca negra ya ha dejado de manar mi pecho se junta con este pecho que agota sus últimos estertores mis manos enlazan las manos grandes ya sin fuerzas y mis labios se juntan a estos labios ennegrecidos de los que se escapa ya todo el calor pero que aún conservan la ternura que siempre nos negamos cuando nos correspondía cuando tan fácil hubiera sido amar y ser amado y gustar de tu boca y que tú tomaras de la mía mi alma estrecharnos en un abrazo mi amado

Todo mi amor guardado para ti todo mi amor nunca tocado por ningún hombre nunca entregado a ningún hombre reservado sin saberlo a ti y sólo a ti y he sido yo la causa de tu muerte mi amor respóndeme no me dejes sola a este lado del mar llévame contigo abrázame por última vez No queda tiempo no queda tiempo Tan queridos son los momentos para mí Tan queridos estos últimos momentos después de los cuales el tiempo no será sino lóbrega prisión Llévame contigo antes de abandonarme antes de que tus pies anden bajo otros cielos desconocidos a los mortales antes de que mis manos se queden huérfanas de tu cuerpo de que mis ojos se cieguen al no iluminarse nunca más con la luz de tu rostro de tus ojos en mis ojos

el tiempo se escapa Tu vida con él con cada segundo con cada segundo que se escapa mi vida sin la tuya deja de tener sentido

Ya no veo más que a través de una niebla el cielo tus ojos

te reprocho mi amado que no supiéramos disfrutar de otra manera esto que a nosotros dos y sólo a nosotros dos estaba reservado Nadie iba a quitarnos lo que sólo era nuestro y no fue sino un momento de enajenación lo que permitió que nos abriéramos el uno al otro Sólo la locura juntó nuestros cuerpos en un deseo de destrucción y allí nos encontramos desafiando toda ley uno junto al otro uno dentro del otro No quisimos afrontar la verdad que nuestros cuerpos sí conocían que nuestras almas ansiaban y nos empeñamos en enfrentarnos en ser enemigos el uno del otro

Nos negamos el amor no quisimos mirarnos no quisimos encontrarnos en nuestros ojos en nuestras manos en las caricias el tacto que nuestras lenguas se encontraran en un beso que haría imposible la separación

aún no aún no Espera un poco un poco más Resiste quiero contarte tantas cosas quiero que sepas que te llevas contigo todo lo que hay dentro de mí

caminar hacia atrás sin importar caminar de espaldas caminar recuperando caminar juntos alejarnos de todos de todo alejándonos de este momento olvidándolo una nueva vida para los dos caminar tú y yo

pero este momento este instante es el que nos ha dado el uno al otro es en el que te he recibido a ti me has sido dado sólo para mí

deja que te mire por última vez antes que la muerte me robe tu rostro para siempre quiero que mi última mirada recoja los rasgos de tu cara en vida no velados por el frío de la muerte quiero besarte en ese último momento y que tu alma cuando se escape de tu cuerpo se albergue dentro de mí en mi seno para siempre tú y yo

para siempre tú y yo

guardaré para siempre tu imagen y esa imagen vivirá en tu hijo nuestro hijo ese hijo que yo le entregaré a tu padre con la verdad un nuevo hijo a cambio de un hijo perdido tu hijo sabrá quién fue su padre tu hijo sabrá cuál fue tu nombre vivirá para que lo sepa Yo viviré para que él lo sepa Mi amado Adiós mi amado Adiós

(De Los Restos: Fedra, Colección de Teatro SGAE, 1997)

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