Biografía
Nació en Ceuta el 13 de septiembre de 1919. Su padre fue el Comandante de Infantería D. Enrique López Urquiza y su madre doña Isabel Anglada España, los dos hijos y nietos de militares.
En el año 1928 se trasladaron a Zaragoza y posteriormente a Valladolid, donde estudió el bachillerato teniendo como profesor al poeta y académico Narciso Alonso Cortés, que encauzó su vocación literaria. Dirigió la revista Valor y Fe con el P. jesuita y poeta Nazario Pérez y publicó sus primeros versos en El Diario Español de Buenos Aires, enviados por el poeta Nicomedes Sanz y Ruiz de la Peña. Nació entonces su amistad con el poeta Manuel Alonso Alcalde.
Al estallar la guerra de 1936 se incorporó al frente como Alférez Provisional. Fue herido al final de la guerra. Inició en Valladolid la carrera de Filosofía y Letras, que abandonó para incorporarse a la Academia de Transformaciones de la Infantería en Zaragoza, siendo promovido al empleo de Teniente de Infantería. Estuvo destinado en Canarias, León y Madrid. En 1972 fue nombrado Jefe de Prensa del Ejército de Tierra. Se retiró con el empleo de Coronel en 1985.
Durante su estancia en León, formó parte de la revista Espadaña que editaba el poeta Victoriano Crémer. Fundó la emisora de radio La Voz de León y estrenó su comedia en verso A mis soledades voy. En 1941, con los poetas Manuel Alonso Alcalde, Arcadio Pardo y Fernando González y el novelista Miguel Delibes, fundó la revista y colección de libros de poesía Halcón. Más tarde fundó y dirigió en Madrid las colecciones de libros de poesía Palabra y Tiempo y Arbolé. De 1969 a 1972 fue secretario del Ateneo de Madrid.
Fue académico de número de la Academia Castellanoleonesa de Poesía, académico de número de la Academia Nacional de Gastronomía y Juglar número 1 y presidente de la Academia de Juglares de Fontiveros «San Juan de la Cruz». Correspondiente de las Academias de Bellas Artes «Purísima Concepción» de Valladolid, San Telmo de Málaga e Hispano-Americana de Cádiz. Miembro titular de la Institución «Gran Duque de Alba» de Ávila y del Instituto de Estudios Ceutíes, de Ceuta. Perteneció a la Asociación de Críticos de Arte, actividad que ejerció durante varios años en La Estafeta Literaria.
Fue también hijo adoptivo de Burgohondo y Fontiveros (Ávila). Poseía numerosas condecoraciones militares y civiles, entre estas, encomienda de la Orden de Isabel la Católica. En 1946 contrajo matrimonio en Valladolid con María Guerra Vozmediano, autora de dos libros de poemas. Tuvieron diez hijos. Publicó más de sesenta libros de poesía, ensayo, biografía, antologías y críticas de arte. Falleció en Madrid el 3 de enero de 2007.
Obra
POESÍA
Albor (1941).
Impaciencias (1943).
Indicios de la rosa (1945).
Libro de viajes (1945).
Al par de 111 sendero (1946).
Destino de la espada (1947).
Continuo mensaje (1949).
La vida conquistada (1952; 1954).
Dorada canción (1954).
Elegías del capitán (1955).
Contemplación de España (1961).
Antología (1963).
Ayer han florecido los papeles donde escribí tu nombre (1964).
Sonetos a Ceuta (1964).
Plaza partida (1965; 1970).
Poemas americanos y otros poemas (1966).
Pregón de romería (1967).
Escrito para la esperanza (1968).
Arte de amar (1968).
En los brazos del mar (1968; 1969).
Los amantes (1972).
La arena y los sueños (1973).
Castilla amanecía como nueva (1974).
Las manos en la pared (1974).
Elegías del capitán y otros poemas (1977).
Ciudadano del alba (1979).
Al alba del relevo (1979).
Juglar en Fontiveros (1982).
Oficio militar (1983).
Canto de Tarik (1984).
Sonetos a la vida y fundaciones de Santa Teresa de Jesús (1985).
Memorial de antiguos vientos (1986).
El bosque y otros poemas (1986).
Poemas para recordar a Gerardo Diego (1988).
Padre del mar (1989).
Coral del vino (1990).
La distancia del sábado (1995).
Brindis (1995).
Segunda antología (1996).
Las palabras y el tiempo (1996).
Reflexiones sobre mi poesía (1997).
Territorio del sueño (1998).
Coral del sur (1998).
Altas hierbas de soledad (2001).
Sonetos a Urganda la desconocida y una oda al poeta Adriano (2001).
Dolorido sentir (2003).
Examen de amor (2003). Poemas a San Juan de la Cruz.
Lo que piensan los pájaros (2004).
Semidioses e inmortales (Tauromaquia Lírica) (2006).
POESÍA (inéditos)
La fábrica de pájaros.
Rimado de Castilla.
Sonetos.
NARRATIVA
Los cuentos del coronel (1981).
La cigüeña también sabe escribir (1993).
TEATRO (inédito)
A mis soledades voy
ENSAYO
Signos providenciales para el descubrimiento (1961). Discurso de las Fiestas Colombinas.
Las armas en la poesía hispanoamericana</em (1967).
Una casa para toda la vida (1968).
Aspectos poéticos de Pedro Antonio de Alarcón (1972).
Los ataques ingleses a Cádiz (1973).
El duque de Rivas (1973).
Garcés (1974).
Redondela (1974).
Cantón checa (1980).
«España en la poesía de Rafael Morales» (1986). Separata de «Razón Española».
Premios
1952: Accésit del Premio Adonais por Dorada canción.
1961: Premio Nacional de Literatura por su libro de poemas Contemplación de España.
1964: Premio Ausias March por Ayer han florecido los papeles donde escribí tu nombre.
1968: Premio Ciudad de Barcelona por Arte de amar.
Premio de Literatura Ceuta por En los brazos del mar.
1972: Premio Amantes de Teruel por Los amantes.
1974: Premio San Pedro de Alza por Castilla amanecía como nueva.
1979: Premio Francisco de Quevedo por Ciudadano del alba.
1979: Premio José María Lacalle por Al alba del relevo.
1982: Juglar en Fontiveros.
Premio Nacional convocado por el Ministerio de Cultura con motivo del centenario de Santa Teresa de Jesús con su libro Sonetos a la Vida y Fundaciones de Santa Teresa de Jesús.
1983: Premio Ejército de Poesía por Oficio militar.
1984: Accésit del premio Ibn Zaydun del Instituto Hispano-Árabe por Canto del tarik.
1986: Premio Martorell y Accésit del premio Rafael Morales por Memorial de antiguos vientos.
Premio Jorge Manrique por El bosque y otros poemas.
1988: Premio Dama de Elche por Poemas para recordar a Gerardo DIego.
1989: Premio Mairena por Padre del mar.
1990: Premio José Antonio Ochaita por Coral del vino.
1995: Premio Angaro por Brindis.
1996: Premio Rafael Morales por Las palabras y el tiempo.
1998: Premio Fernando Rielo por Territorio del sueño.
Otros premios: Premio Boscán, Premio Antonio Machado, de Sevilla…
RECONOCIMIENTOS
1974: el Ayuntamiento de Ceuta le concede el «Escudo de Oro».
1989: recibe la medalla de plata de la ciudad de Ceuta, junto al poeta Manuel Alcalde.
Hijo adoptivo de Burgohondo y Fontiveros (Ávila).
Académico de número de la Academia de Gastronomía donde ocupa el sillón «Juan Alcaide».
Correspondiente de las Academias de Bellas Artes «Purísima Concepción», de Valladolid; Hispanoamericana, de Cádiz; y «San Telmo», de Málaga.
Es presidente de la Academia de Juglares de Fontiveros «San Juan de la Cruz» y miembro de la Institución de Estudios ceutíes, de Ceuta.
Académico electo de la Academia de Poesía de Castilla y León.
Pertenece a la Asociación Española de Críticos de Arte.
Comendador de la Orden de Isabel la Católica.
Poética
Empiezo, pues, definiendo lo que para mí constituye el fenómeno poético; se trata, sin duda, de recorrer un camino, corto o largo según los casos, que empieza en el momento en que el poeta se ve sorprendido por un acontecimiento que golpea apasionadamente su espíritu y acaba en otra persona extraña a él que lee o escucha el poema y siente, con la misma pasión que sintió el poeta, lo que movió a aquel a escribirlo.
Veamos, pues, en que consiste este camino, cuál es su origen y cuál su final, aunque esto no sea muy difícil, sino imposible de determinarlo.
Empecemos declarando que, a nuestro parecer, el poeta es un hombre más entre sus contemporáneos, que siente y vive las mismas experiencias que los otros y al que le motivan los mismos miedos y los mismos placeres, los mismos gozos y las mismas desesperaciones, sin más diferencias que mientras los demás no tienen palabras para decir lo que les ha ocurrido, el poeta sí las tiene y las deja -o intenta dejarlas- en el poema, donde quedan a la ventura de que alguien, al leerlo, se dé cuenta de que eso era lo que él, en aquel preciso momento en que no supo expresarlo, quería decir. Y para propiciar esta posibilidad de comunicación, el poeta ha de estar siempre preparado a recibir esa sensación única y personal digna de ser dirigida a los demás y tener conciencia del momento en que se produce. A esto le he llamado yo la «contemplación apasionada» del poeta ante la vida y cuyo resultado es, al ser recibida por los demás, la realización del maravilloso fenómeno que conocemos por Poesía. Así pues, si en cuestiones de amor, como dijo el poeta argentino Marechal «con el número dos nace la pena», en el fenómeno poético son precisos tres, el poeta, el poema y el lector con lo que podríamos afirmar que «con el número tres nace la Poesía», lo que resuelve el problema de si la poesía ha de ser escrita para la mayoría o la minoría más o menos inmensa y si «pescador que pesca un pez, pescador es» poeta que consiga con su poema identificarse con un prójimo y comunicarle su propia vivencia, poeta es.
Pero ahora vayamos al verdadero quid de la cuestión. ¿Cómo se logra esta comunicación? De esta pregunta se deriva la existencia de todas las escuelas poéticas. Los que creen que solo se llega al alma de los demás interpretando, como dijo José Hierro sentimientos colectivos harán lo que se ha llamado «poesía social» que tanta importancia tuvo en mis años juveniles, o el que elabora la materia prima de sus experiencias singulares creará la «poesía intimista» que podrá tener todas las derivaciones que se desee; amatorias, religiosas, descriptivas, o bien puramente esteticistas para hacer del poema una obra de arte singular e irrepetible. Yo, en este caso, no tomo partido pues considero que, prescindiendo de los apellidos, si de verdad se ha logrado la poesía y con ella la comunicación con el prójimo, todas las escuelas son dignas de respeto.
(De Reflexiones sobre mi poesía, Madrid, Universidad Autónoma de Madrid, 1997)
Texto
SONETO PARA EL FINAL
Tal vez, cuando después de haber vivido
llegue un amanecer a despertarme
les diga a los que puedan escucharme:
¡Qué sueño tan extraño el que he tenido!
Porque, efectivamente, si no ha sido
más que un sueño la vida, al acordarme
de tanto como vino a enamorarme
tendré que darlo todo por perdido.
Tanto peregrinar, tantos sucesos,
tanto cambiar las penas por los besos,
tanto opinar y tanto desengaño,
cuando, de pronto, acabe con la muerte
con el que al otro lado me despierte
comentaré: ¡Qué sueño tan extraño!
(De Las palabras y el tiempo)
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