HERRERO, Fermín

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HERRERO, Fermín

Biografía

Fermín Herrero (1963) es natural de Ausejo de la Sierra (Soria), pueblo en el que ha residido la mayor parte de su vida. Gracias a su labor poética ha obtenido galardones como el Premio de las Letras de Castilla y León y de la Crítica, el Hiperión, el Gil de Biedma, el Fray Luis de León… Destacan entre sus libros Sin ir más lejos, Echarse al monteUn lugar habitableEl tiempo de los usurerosTierras altasTempero La gratitud.

 

Obra

POESÍA

Anagnórisis (1995).

Echarse al monte (1997).

Un lugar habitable (2000).

Paralaje (2000).

El tiempo de los usureros (2003).

Endechas del consuelo (2006).

Tierras altas (2006).

La lengua de las campanas (2006).

De la letra menuda (2009).

Tempero (2011).

De atardecida, cielos (2012).

Furtivo de los días (2014).

La gratitud (2014).

Inmediaciones (2014).

Sin ir más lejos (2016).

Fuera de encuadre (2017).

Alrededores (2019).

Nunca será bastante (poemas casi de amor) (2019).

Húrgura (2020).

En la tierra desolada (2021).

 

ENSAYO

Poesía ¿eres tú? Aproximaciones a la poesía, el poema y el poeta (2018).

Premios

1994: Premio Gerardo Diego de la DIputación Provincial de Soria.

1996: Premio Hiperión.

1999: Premio Ciudad de Córdoba. Ricardo Molina.

2011: Premio Alfons el Magnaním de poesía.

2012: Premio Ciudad de Salamanca de Poesía por De atardecida, cielos.

2014: Premio Jaime Gil de Biedma por La gratitud.

2015: Premio de la Crítica de Castilla y León por La gratitud.

2016: Premio Jaén de Poesía por Sin ir más lejos.

2017: Premio de la Crítica de poesía castellana por Sin ir más lejos.

Poética

Un buen poema es aquél en el que las palabras justas se han combinado de una manera precisa, sin añadidos innecesarios. Un buen libro es aquel que junta, con armonía en la composición, buenos poemas. Sólo un lector exigente lo sabe, lo disfruta. El resto, qué le vamos a hacer, es carne triste, literatura.
No obstante, al margen de estas obviedades decisivas, mi poética es nómada, móvil, cada libro que he escrito trata de ejemplificar una distinta, aunque emparentada en un territorio común que sería enojoso dilucidar aquí.
Por lo demás, si pienso en un ejemplo inalcanzable, en una imagen perfecta que resuma lo que intenta y no alcanza mi poesía, me viene a la cabeza un manantial del término de Ausejo de la Sierra, mi pueblo, que se llama Fuentelapeña. Es escueto, brota en roca viva, zigzaguea trabajosamente por el barranco, se deshila en pozas y al poco se acaba, se seca. Es lo que busco: su difícil, por sencillo, laconismo, su limpidez, el agua que es purísisma y está siempre fresca, como nueva, pero al mismo tiempo es dura, áspera al paladar, y sobre todo, calma la sed, va al grano. Ése quería que fuera mi cauce.

 

Texto

Todo lo bello es frágil: los trenes
cuando olían, la escarcha en los ribazos, la boca
de los niños aún sin término, el tacto
del silencio en los camposantos a la orilla
del mar, la redondez del fruto, el ruiseñor,
su rama. Acaso la memoria. Todo lo verdadero
es frágil. Y es inútil.

(De El tiempo de los usureros, Madrid, Hiperión, 2003, p. 98)

 

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